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Algo la estaba perturbando el sueño, sin embargo no sabía qué era.

Emily atinó a abrir los ojos y pudo notar que la obscuridad se estaba yendo, mientras que los rayos del sol empezaban a asomarse.

Sin embargo, el jet lag le hacía sentirse por demás cansada. Y no podía seguir durmiendo por una maldita vibración en el buró.

Llevó su mano al mueble, aún con los ojos semi abiertos, para descubrir que era su celular el que no dejaba de sonar. Era una llamada de su madre.

-¿Bu-bueno?

-¿¡ES MUCHO PEDIR QUE SIGAS LAS INDICACIONES QUE UNO TE DA, EMILY?! DIOS MÍO, SI NO FUERA PORQUE HABLÉ CON MI HERMANA AYER Y ME CONFIRMÓ QUE HABÍAS LLEGADO BIEN CON ELLA YA ESTARÍA EN EL PRÓXIMO VUELO A SEÚL, PREPARANDO MI MANO PARA AGARRARTE DE LOS PELOS Y TRAERTE DE VUELTA A CASA.

Debido a los gritos que su madre estaba dando, Emily no tuvo más opción que alejar instintivamente el teléfono de su oído.

-¡Rayos SunHee, deja de gritar! ¿¡Qué acaso me quieres dejar sorda?! Me has despertado, joder.- se quejó Emily, cansada de que su madre tuviera tan poco tacto.

-¡¿Y qué esperabas!? Te dije que estuvieras en comunicación conmigo y no he sabido nada de ti desde que te fuiste. Era obvio que me iba a poner histérica. No sé cómo es que te pudiste graduar de la Universidad si no tienes ni un poco de sentido común.

Emily exhaló, era demasiado temprano para tener una discusión con su progenitora.

-Vale, me disculpo por ser una hija inconsciente. ¿Algo más?

SunHee exhaló.- No, sólo quería saber si estaba bien. Cuídate mucho y recuerda no ser abusiva con tu tía. Ya no eres una niña como para que ella tenga que cuidar de ti.

-Eso lo sé mamá, pero gracias por recordármelo. - respondió Emily mientras rodaba los ojos como por 5ta vez en la conversación. 

-Bien, eso es todo. Papá te manda saludos.

Emily sonrió instintivamente- Dile que igual. Un abrazo para los dos.

-Bien, adiós. Cuídate Emily, y por favor, no des problemas. Lo digo en serio.

Iba a contestar, sin embargo, su madre había sido más rápida y le cortó la llamada. 

Una vez terminada la comunicación con su querida y amada madre, Emily checó qué hora eran y se sorprendió al ver que apenas darían las 7 de la mañana. 

No estaba segura si su tía y el señor Park ya habían comenzado su día, y salir de su habitación le ponía un poco incómoda. Sobre todo, al pensar que había una posibilidad de encontrarse a JiMin por el pasillo. No quería que pensasen que estaba de curiosa por la casa. 

Pero grande fue su sorpresa cuando escuchó cómo su puerta era tocada firmemente. 

Inquieta por la imprevista visita, se trató de arreglar un poco el pelo, amarrándolo en un moño lo más decente que pudo y, alisando su pijama, abrió la puerta, encontrándose con la mirada fría del joven Park.

-Buenos día Emily, mi padre me ha mandado para decirte que tu tía se está arreglando para la salida que tendrán al spa. Pide de favor que te arregles de igual manera con un conjunto cómodo. - le comentó JiMin con una voz suave y calmada.

Emily estaba de piedra. No podía creer que JiMin, el cual vestía un traje azul marino, junto con una camisa blanca, fuera a sus aposentos a darle un mensaje como si fuera parte de la servidumbre.

-Ammm, e-eh. Gracias JiMin.- respondió nerviosa. No solamente JiMin estaba frente a ella escaneándola con la mirada tan pesada que tenía, sino que recordaba que en ese momento sólo portaba una playera de seda delicada, la cual hacía notar su falta de ropa interior, al mostrar sus pezones como dos farolitos. Sin descartar que su pelo era todo un desastre.

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2023 ⏰

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