❈•≫────≪•◦ 𝓛𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓮𝔁𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓮𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓷𝓸𝓼𝓸𝓽𝓻𝓸𝓼...❈•≫────≪•◦

★彡[ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 01]彡★

El cielo está pintado de tonos naranjas, cambiando despacio al azul característico de la noche, es el momento perfecto de disfrutar de la buena compañía de té y flan, son pocas las oportunidades que se presentan en la vida de tener tal maravillosa situación, un lujo que Jack tiene la bendición de disfrutar, el mundo le abre los ojos, cambiando su idea en cuanto la vejez, su joven él nunca tuvo la dicha de presenciar la belleza verdadera de la arquitectura abrazando la tierra y el mar, su joven él nunca tuvo la dicha de escuchar el ruido de las olas acariciar la arena como el beso de dos jóvenes enamorados, su joven él nunca tuvo la dicha de sentir el viento fresco sin el corrosivo hedor de la nube gris de contaminación, su joven él nunca tuvo la dicha de no ser perturbado por el ruido asfixiante de la ciudad, aunque aún es consciente que toda esa lista de dichas tampoco es porque su adulto él se las haya ganado, no es más que parte de las ventajas que le regala el trabajo, puede perderlas tan rápido como un pestañeo, pero la idea no es suficiente para desmotivarse, genera el efecto contrario, dispuesto a ser el mejor en su labor para seguir disfrutando de todas las dichas que su trabajo le brinda.

Y dentro de su monólogo, nada sabe sobre la presencia del joven Hércules, que le espía desde la distancia, oculto gracias a los altos arbustos que tapaban el gran cuerpo del joven. Desde el cobijo de las hojas, Hércules critica al anciano, apenas llevaba una semana trabajando, pero él siente que ya le conoce lo suficiente, es, para él, un viejo aburrido que tiene pensamientos, modales y actitudes del siglo XIX, él no soporta al sujeto y no quiere que siga trabajando, su presencia no es más que una dolorosa piedra puntiaguda que se encarga de pincharle siempre que es posible, pero ¿había motivo real para despreciarlo tanto? Jack es molesto porque cumple la función de una cámara de vigilancia para Hércules, hecho y contento de ventilar su privacidad a toda la familia, y si bien, le pagaban para exactamente eso, como es el afectado, no puede sentir ninguna emoción positiva hacia el viejo. Todo es su culpa, Hércules se ganó a pulso estar en esa situación, su madrastra siempre le había advertido el peor escenario si sus conductas continuaban por el camino del libertinaje, ahora debe atenerse a las consecuencias ¿no?

¿Pero por qué su madrastra era tan firme con Hércules? Su hijastro, un ser exageradamente visual, no dudaba en ningún momento en meterse con cualquier mujer que considerara atractiva, no importa si eso significaba meterse con las encargadas del aseo, su padre, no pudo importarle menos que su hijo coquetee con el personal de limpieza, argumentó que todos esos amoríos eran productos de una etapa llena de hormonas alborotadas y rebeldía, su madrastra, por otro lado, odio con todo su ser esa conducta y no dudó en ningún momento sacar a cualquier mujer que se metiera con su hijastro. Así, como perros y gatos, estuvieron en la constante pelea por el poder, Hércules se opuso a controlar su "coquetería" y ella se encargó de despachar por la puerta de atrás a todas las empleadas o mujeres que fueron capaces de revolcarse con su hijastro.

Hércules siempre pensó que así iba a seguir siendo, hasta que una semana antes, su madrastra entró por la puerta principal acompañada de un viejo, jamás pensó que ese mismo hombre sería su "espía personal".

Y decir que no es tan malo es mentira

Es horrible.

El viejo que se presentó con el nombre de Jack Ripper, él se encarga de decir con quién, en qué momento y en dónde estaba a su madrastra, y si no fuera suficiente, se vanagloria con esa actitud de anciano para regañarle hasta por no respirar adecuadamente, sin bromear, jamás olvidará como el anciano le llamó la atención por respirar "como chancho". A pesar del sufrimiento de Hércules, sus padres tenían una visión de él totalmente distinta, adoran que sea tan caballeroso, amable y considerado, que, a pesar de no estar en el contrato, haga postres según el gusto de cada uno, como un cálido detalle, todas las tardes, lo tienen en un pedestal por la increíble conducta que ha demostrado en tan poco tiempo, aunque eso solo hace que Hércules lo deteste más, porque él está en clara desventaja y es casi imposible despedirlo, o al menos, no temprano.