"SUCESOS Y GEMIDOS"

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— Puedes por favor decirme que es esto? — Matsuri llegaba al lado de Mei con mala cara.

La pelinegra la observo y su cara callo al collar en sus manos — Donde lo encontraste? — pregunto quitandoselo de un manotazo.

— Caray tampoco me dejes sin mano — se sobo el jalón que que le dio Mei en la mano — La encontré en las manos de Tomás hoy por la mañana cuando iba a tu habitación.

Mei fruncido el seño al escuchar eso, que podría estar haciendo Tomás tan cerca de su habitación — Gracias — le dijo antes de girarse y tomar su toalla para secarse ya que se estaba bañando cuando Matsuri entró a los baños a fastidiarla.

— Vas a buscar un pretexto para entregársela? — le dijo asomando una sonrisa sin una pizca de inocencia — Ya no es una niña y esta como quie....

— Cierra la puta boca oh yo misma te la coseré — le amenazó cogiendola de la cara con fuerza.

Matsuri se soltó de su agarre — Ya no es una niña Mei, por si no te has dado cuenta ya es toda una mujer y tarde oh temprano te lo va a demostrar  — le dijo molesta saliendo del lugar como alma que lleva el diablo.

Dijeran lo que dijera, ella seguía siendo una niña ante sus ojos o eso quería creer ella.

Los días pasaron con normalidad, si hubo una que otra discusión entre cabos, pero nada que no se pudiese areglar, pero de cierta manera la pequeña rubia se colaba cada vez que podía a su habitación, pero Mei había notado que las pocas veces que iba a su recámara la rubia venia con temor y nerviosismo, como si escapara de alguien, pensó que solo era por ella que la hacia sentir con miedo y no le dio más vueltas al asunto con esa sensación extraña en su pecho, por ahora solo le interesaba que Yuzu se sintiera bien con ella justo como lo estaba ahora.

— Ten — le dijo Mei acercándose a ella en la cama para entregarle el collar que hace días no le había dado — Lo eh encontrado la otra noche — mintió sin saber por qué lo hacia.

— Pensé que lo había perdido el día que te lo lance — le respondió haciendo su cabello aún lado para que Mei le colocará el collar.

Al Mei acercarse y comenzar a abrocharle el colgante se dio cuenta de una marca en el hombro de la pequeña, algo raro le prendió los sentidos a Mei y sin permiso le abrió la camisa en la parte de atrás a Yuzu para dar paso a varios moretones en su blanca espalda, la rubia se levantó asustada y tapándose ante los ojos oscurecidos de Mei que la miraban sin otra expresión que no fuera rabia y rencor.

Sin pedirlo Mei se levantó de su lugar y se comenzó a vestir pasando por su mente a la única persona que a Estado detrás de Yuzu — Mei — le hablo con temor — A donde vas — se comenzó a acercar hasta tocarle en el hombro con temor pero la pelinegra se giro bruscamente haciendo que Yuzu soltara la prenda rota y dejara al descubierto sus senos, pero Mei no era capaz de mirarla más allá de una mujer, solo era su pequeña siendo dañada y maltratada por alguien a quien le iba a ir muy mal.

— Quiero que te quedes aquí y no salgas hasta que yo regrese — le ordenó con enojo, pero no estaba enojada con la rubia, sino con ella misma por no ver las cosas con claridad y su rabia la segó llendose de su habitación y dejando a la rubia sola allí con temor conteniendo el llanto de lo que podría pasar.

Las horas pasaron y la Teniente no regresaba y Yuzu se estaba quedando dormida cuando la habitación se abrió nuevamente y dejo ver a la persona que entraba a ella, se sorprendió al ver que no era Mei, sino Matsuri que la observo con compasión.

La pelirosa se acercó a ella y se sentó a su lado — Sabia que de alguna manera estabas aquí — le dijo con tanta calma que Yuzu le sonrió con tristeza — Tu y yo hablaremos después de esto, ahora solo tengo que decirte que te emos Estado buscando desde hace un buen rato — le dijo levantándose de su lugar y mirando que la rubia tenía puesto una camisa de Mei, suspiro — Mei no volverá en un par de días — le confesó.

CITRUS G!P (COMENZAR DE NUEVO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora