𝗣𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝗼.

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Esta pequeña historia de amor nació un 13 de Agosto, sin imaginar que a base de un simple comentario en una foto de Instagram; "llévame con vos", llevaría a Ignacio y a Julieta a un amor tan puro y verdadero como a ninguno de los dos se les pudo llegar a cruzar en la mente.

A lo largo de sus meses tuvieron más bajas que altas, pero aún así seguían dandose la cabeza contra la pared esperando alguna clase de milagro donde las estrellas se alinien y poder cumplir la promesa que tantas veces se hicieron; quedarse para siempre.

[...]

¿Celosa?—Ignacio la miró con una sonrisa provocativa y divertida a la vez.

No—respondió Julieta con una expresión sería pero triste en su rostro;—solo me sentí reemplazable—finalizó, clavando su mirada en él.

El morocho la miró y escuchó con atención, alzando una de sus cejas;—¿Cómo te vas a sentir reemplazable?, tonta.—Negó lentamente con su cabeza sin sacar su vista en ella—Si vos sos la única que yo quiero para toda la vida.

La Jujeña relamio sus labios, y ocultó su impulso de volver corriendo hacia los brazos del tatuado metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón;—Es que decís algo, y haces otra... Y ya no se que creer.

Si, ya sé—Respondió Ignacio, encogiéndose de hombros;—Yo pensé que ya te había olvidado, pero no es así. Te necesito más que nunca y siempre lo voy a hacer.—Soltó un suspiro al final, rascando su nuca con su vista en ella.

Yo también te necesito—confesó, formando un leve puchero en su labio inferior—Pero no servimos para estar juntos, Nacho, siempre nos pasa lo mismo.—Finalizó su frase y finalizó la charla.

Ignacio la miró; simplemente asintió con su cabeza, y se dio vuelta, saliendo de la casa de la morocha con su corazón en las manos, nuevamente partido a la mitad y su alma hecha pedazos.

Julieta lo miro irse por algunos segundos con sus ojos cristalizados, y aunque sus ganas de seguirlo y llenarlo de besos le jugaban una mala pasada; cerro la puerta, dejándolo irse. Por dentro creía que eso era lo mejor para ambos.

[...]

Tengo una duda—Habló Julieta cortando el silencio entre los dos. Levantó su cabeza y lo miró.

¿Cuál?—murmuró el morocho, ladeando su cabeza y guiar su vista hacia ella.

¿Por qué siempre yo?—Hizo una leve pausa de segundos, perdiendose en la mirada del morocho;—Si soy un desastre. ¿Por qué me seguís eligiendo sabiendo que hay miles mejores que yo?.

Ignacio ladeo una sonrisa y negó levemente con su cabeza en respuesta a su última pregunta.—Porque te amo... Porque te amo a vos—levantó una de sus manos y corrió un mechón del cabello de la morocha el cual molestaba en el rostro de la misma;—No me importa que hayan miles de pibas mejores que vos, yo te voy a seguir eligiendo siempre, vos me enamoraste, vos me haces sentir bien; siempre vas a ser vos.

Los ojos de la Jujeña se cristalizaron al llenarse de lágrimas y soltó un suspiro medio entrecortado, aferrándose al cuerpo de su novio en un abrazo;—Perdón pechiochi—murmuró—seguro te hice sentir mal, no quise, estaba enojada y no mido mis palabras cuando me agarran esos ataques—se disculpó aún hablando en el mismo tono de voz mientras que su piel se erizaba al sentir las caricias en su espalda que el tatuado dejaba.—Te amo muchísimo, ¿sabes?.

Yo te amo muchísimo más-susurro, dejando un cálido beso en su frente;—no pasa nada, ya está, ya pasó, no le demos más importancia, estamos bien y con eso es suficiente.—agregó y la acurrucó a su lado, siguiendo con las caricias.

[...]

Siempre fuimos dos
Siempre vamos a ser dos
Para siempre
Hasta el fin del mundo.

17.03.23
18:50
G.A

𝖲𝗈𝗆𝗈𝗌 𝖭𝗈𝗌𝗈𝗍𝗋𝗈𝗌 - 𝗘𝗰𝗸𝗮𝘇𝘇𝘂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora