Los días habian pasado y el chat entre Ignacio y Julieta cada vez se hacían más intensas, charlas que duraban horas hablando de cosas estúpidas que los dos entendían y reían.
Julieta se perdía en la conversación con Nacho, dejó de contestarle a todos y ni siquiera le importó el hecho de que Julián se haya desaparecido de su vida. Desde el momento uno le llamó la atención el morocho y aunque no quería involucrar sus sentimientos en esto, lo hizo.
Ignacio por su parte le divertía hablar con Julieta, era algo que en poco tiempo se volvió rutina en su día a día. Tenía su "casi algo", Joaquinha, se involucró tanto en la morocha que simplemente dejo de hablarle a la rubia, dejo de darle esa atención que le daba y la centro en la Jujeña.
MD; @eckoyg – @cazzu.
Que onda turrita? -21:47.
q onda morocho, nada, estaba cocinando algo, vos? -21:49.
A piola, que estabas cocinando? -21:50. Nada, estoy en casa cagandome de hambre jajaj -21:50.
estoy haciendo unas milanesas con puré, o el intento al menos AJJAJAJA -21:51. estamos en la misma, si querés vení y nos comemos, digo, comemos juntos. -21:51.
Ignacio rió al leer el mensaje de la morocha por notificaciones, esos comentarios siempre estaban por parte de los dos. Aunque él no le veía nada de malo a la primer opción, las ganas que le tenía eran increíbles.
@cazzu vía instastory.
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@eckoyg respondió a tu historia: Fua morocha, no serás el amor de mi vida vos? 😍 -21:53.
sabes q si?, si, soy el amor d tu vida -21:54. vos por las dudas no serás el amor de la mia? -21:54.
Al fin te encontré entonces 😉 -21:55. Si, yo soy el amor de tu vida, al que esperabas -21:55.
@cazzu a reaccionado: "🖤" a tus dos mensajes.
sabes? te la hago re corta. -21:56. querés estar conmigo? -21:56.
Julieta al enviar esos mensajes en una crisis bloqueo su celular y lo tiró sobre la mesa, causando que los nervios se apoderen de ella comenzando a mordisquear sus uñas y caminando de un lado a otro mientras terminaba de cocinar. A los dos minutos sintió su celular vibrar y una bola de nervios se formó dentro de su estómago; agarro valentía y se acercó hacia su teléfono, agarrando el mismo, desbloqueandolo volviendo a entrar a Instagram.
Así de directa jajajj, me encanta -21:58. Si quiero estar con vos, me gustas -21:58. Siento que me amarraste jajaja -21:58
@eckoyg comenzó a seguir a @cazzu.
Un chillido de emoción por parte de la morocha se escuchó en toda su cocina al leer los mensajes y una amplia sonrisa se formó en su rostro.
joya entonces, yo tmb quiero estar con vos -21:59. veni a casa así puedo terminar bien mi amarre 🙈 -21:59.
Yendo turraaaaa -22:00. O mejor dicho -22:00. Ni yendo ni llegando, abrime la puerta mi amor -22:00. ✓✓
Julieta sonrió al leer los mensajes y dejo nuevamente el celular sobre la mesa, yendo hacia la puerta en la cual se escuchaban algunos golpes. Suspiró y abrió la misma encontrandose con el morocho parado en la misma, mirándola de arriba a abajo con una sonrisa en su rostro.
—Hola amor.—la saludó, acercandose a la morocha posando una de sus manos sobre la cintura de la misma, dejando un beso en la comisura de sus labios.
—Hola morocho—sonrió la tatuada y elevó una de sus manos tomándolo por las mejillas formando un pico en los labios de su ahora "novio", dejando un corto beso en los mismos.
Spallatti se dedicó a sonreír con algo de bobez en su rostro y la soltó al ver que ella se hacía a un lado de la puerta para que pasase. Acató la orden y entró, sacándose la campera para dejarla sobre el sillón.
—¿Estabas cocinando?—preguntó mientras la Jujeña cerraba la puerta y se dirigía hacia la cocina haciendo una seña para que la siga; haciéndolo.
—Si, va, ya terminé, solo queda poner la mesa—respondió mientras desocupaba la mesa haciendo espacio.
—Yo te ayudo entonces. ¿Dónde están las cosas?—La miró parado en un extremo de la cocina.
—En el mueble de arriba están los vasos y al lado los platos. En el cajón los cubiertos—apuntó lo dicho mientras que Ignacio asentía, buscando lo que su novia acababa de decirle.
Julieta paso la fuente de milanesas y la olla de puré al centro de la mesa, para por fin servir en los platos una vez que el tatuado los haya dejado sobre la mesa.
—Fua, ¿Ese culito fue al gimnasio?—Mordió su labio y le dio una leve nalgada a la morocha, alejándose rápidamente, sentándose en su lugar con una sonrisa divertida y pícara en su rostro.
—¡Daale, idiota!—rió asustandose al sentir el repentino golpe leve, mirando a su contrario con los ojos achinados pasándole el plato.
—¿Qué pasó amor?, yo no hice nada.—Agarro el plato con su comida, haciéndose el boludo, largando una risita.
—Te queda bien el papel de boludo eh, y no porque lo actúes, sino que porque ya lo sos—se burló con una sonrisa divertida ganándose una mala mirada del porteño.—Mentiris—rió sentándose en su lugar, haciendo una mueca rara al sentir el repasador en su cara que el morocho le había tirado.
