—¿Quién es ese tal Ecko que te comentó la foto?—Habló Julián cortando el silencio entre él y la morocha, la cual estaba sentada a su lado con el teléfono.
—¿Eh?—Una expresión de confusión se formó en su rostro, sin sacar la vista de su teléfono.
El rubio elevó una ceja al no escuchar una respuesta coherente y se acercó con disimulo hacia ella, frunciendo su ceño al ver el perfil del morocho en el celular de su "casi algo".
—Andate a cagar, Julieta.—Le saco el aparato de las manos y lo tiró en el sillón causando que ahora si la Jujeña le preste atención.
—¿Qué te pasa?, estúpido—Llevo su mirada rápidamente hacia él, con su ceño fruncido;—Bajale a los humos, eh.
—Bijili i lis himis—Hizo burla con su voz afinada y una expresión acorde a la situación—¿Tantas ganas le tenés a ese?, ¿Ya se hablaron, no?—Rodó sus ojos y se levantó del sillón, agarrando su campera que estaba tirada en el mismo.
Julieta suspiró y se dedicó a rodar sus ojos, cruzándose de piernas;—Como te gusta hablar boludeces, eh.—Lo miro con una expresión sería—No somos nada, Julián, no entiendo tus reclamos, vos le comentas las fotos a las demás ¿Y quién te dice algo?, nadie.
Julián la miro con una expresión que transmitía enojo y tristeza en su rostro. Guardo su celular en el bolsillo de su pantalón;—Listo Julieta, no somos nada, no me llames más, no me hables más, ya fue, manéjate, hace lo que se te re cante el ojete, ni te necesito yo—se encogió de hombros—suerte en tu vida.—dio media vuelta y camino hacia la puerta con esperanzas de que la Jujeña lo siga y arreglen una vez más las cosas. Giro el picaporte y ladeo un poco su cabeza, mirándola de reojo; ella simplemente lo miraba relamiendo sus labios con su rostro serio, sin expresión alguna; tan fría como siempre. El rubio simplemente suspiro y salió de la casa, desapareciendo de la vida de la que fue su mejor amiga por bastante tiempo.
La morocha al ver la puerta cerrada se acostó sobre el sillón, restándole importancia a la situación, aunque por dentro le dolía; sabía que Julián iba a volver, cada vez que se peleaban a las horas estaban siendo amigos nuevamente.
[...]
Ignacio se encontraba en su casa, recibiendo el pedido de papas fritas que había hecho algunos minutos atrás. Papas fritas... Su comida favorita, aparte del pastel de papa. Se sentó sobre el sillón dejando el paquete a su lado y se estiró hacia la mesa ratona, agarrando el control de la televisión.
—¡No, Sativa!—elevo su voz, quejándose al ver a la gata metiéndose dentro de la bolsa, sacándole una papa frita;—¡Sali de acá, te voy a revolear vas a ver, las papas fritas no!—la retó a lo que la gata le resto importancia, sentándose en el sillón, comiendo lo que acababa de robar—gata de mierda—murmuró, buscando alguna película.
El morocho se recostó en su lugar y soltó un suspiro de frustración al no encontrar nada que llamaba su atención en Netflix. Abrió la bolsa de papas fritas y las saco, dejándolas sobre su regazo; estiró su brazo libre y agarro su celular de la mesita de luz para así desbloquear el mismo y entrar a Instagram.
Abrió sus notificaciones y comenzó a revisar las mismas, alzando una ceja al ver las de esa tal "Cazzu". Entro a su perfil y comenzó a indagar por el mismo; publicaciones, comentarios, likes; hasta llegar a sus historias.
@cazzu instastory.
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Ignacio relamio sus labios y levantó la barrita, reaccionando su historia con un emoji de enamorado.
MD; @eckoyg – @cazzu.
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hooola morocho 🙈 -18:37.
Todo bien turrita? -18:37.
si, tranqui, vos?, q onda? -18:38.
Piola, nada, en casa, aburrido -18:38. Vos?? Que hacías? -18:39.
