Indirectas

101 2 0
                                    

Rick 

Íbamos a una expedición, y siendo sincera ya no sabia como decirle a Rick que estoy interesada en él.

— ¿Qué se hace cuando un hombre no entiende tus indirectas?, Él hombre que me interesa parece no darse cuenta — Comencé la conversación luego de un rato en el auto solos.

Sabia que el camino hacia donde nos dirigíamos estaba un tanto lejos, así que tendría tiempo para poder darle a entender que me gusta.

Como es de costumbre soltó una risita mientras jugaba con sus dedos que no estaban en el volante — Sabes, yo creo que deberías dejar de soltar indirectas e ir directamente hacia él, eres alguien con quien si tuviera oportunidad, no dudaría en tomarla.

Me reí nerviosa sintiendo mi cara caliente, ya no sabia si yo era la que soltaba indirectas hacia él o él hacia mi.

Giro su cara hacia mi dirección y seguramente noto mi mente aturdida al verme callada — No te lo preguntes, si me gustas — Desvié la mirada acomodándome en el asiento mirando por la ventana,

Daryl

Luego de lanzarme un libro entero de indirectas hacia Dixon, me sentí frustrada. Moví el lápiz pensando que mas me pasaba por la mente.

Mire mi pie fracturado pensando que aun falta mucho tiempo para que este se termine de curar. Tres toques en mi puerta interrumpieron mis pensamientos, Aaron se asomo por la puerta — Erick y yo iremos a una expedición, pero tranquila. Daryl se comprometió con venir a cuidarte — Aaron alzo las cejas de forma sugerente, abrí mis labios sin que decir.

Al ver que no le respondí siguió hablando — Me puedes agradecer haciendo la comida por todo un mes — Cerro sus ojos asintiendo de forma graciosa.

— Sabes, te abrazaría pero ni me puedo parar — Rei removiéndome entre mis almohadas.

(...) 

Pensando las cosas con cabeza fría, entre en pánico. Estaría sola con él, según Aaron, Daryl me traería comida hecha por Carol. 

Tome mis muletas para ir al baño, aproveche para bañarme con esponja y tener mi tiempo de relajación. 

Luego haberme bañado y tomado mi tiempo, vi el cielo ya oscuro. Aburrida, molesta y sin nada que hacer, tan solo desearía que Dixon apareciera por la puerta. 

La puerta principal fue abierta, acomode mi cabello rápidamente aunque realmente ni siquiera funcione. Los pasos resonaron por las escaleras, hasta que finalmente la puerta se abrió. 

Daryl entro tímidamente a mi cuarto, en su mano estaba una bandejita con lo que parecía y olía a espagueti. Me acerco el plato humeante junto a un tenedor.

Le di una sonrisa radiante, mientras lo invitaba a sentarse junto a mi.

(...)

La cena había pasado, fue un tanto ameno, hubo pequeñas platicas entre él y yo.

Estire mis brazos intentando relajar mi cuerpo, el estar el mayor tiempo en mi cuarto no me gustaba, pero era tedioso molestar a Aaron o Eric para que me ayuden a bajar las escaleras.

Por suerte al lado de mi cama había una ventana, que por lo menos me ayudaba a conectar con lo exterior.

Observe un rato por dicha ventana, el cielo estaba despejado, ni una sola estrella.

El aire que corre es fresco, y ello me da muchas ganas de salir. Tomar aire luego de una semana entera en la casa, regrese mi mirada hacia Daryl el cual me miraba sentado a traes del cabello que le cae en la frente.

Su ojos estaban fijos en los míos, pestañee intentando no reír de nervios.

Y tan rápido como este relato, no se como termine sobre la espalda de Daryl rondando en las calles de Alexandria, él se ofreció a llevarme a caminar un rato.

Y sin nada que perder, acepte. Me agarraba de sus hombros intentando no ejercer mucha presión, el calor de su cuerpo contrarrestaba el frio de la noche. Mi estomago se revolvió al tenerlo tan cerca, mis piernas rodeaban su cadera mientras el me sostenía por los muslos para tener mas soporte.

El silencio era liviano, solo se escuchaban los pasos de Daryl. Y si bien me daba vergüenza, afiance mi abrace poniendo mi cabeza en su hombro.

— Espero no estés cansado, ya sabes, la edad puede llegar a pesar — Hable luego de unos minutos mas, ¿Por que?, porque sabia que faltaba poco para que llegáramos nuevamente a casa.

— Yo en tu lugar no me burlaría, tal vez luego tendría que enseñarte a caminar — Se burlo recordando el como me fracture el pie mientras caminaba.

— Sí, bueno, mejor enséñame a besar ¿no? — Las palabras salieron disparadas, y sin meditarlas o algo. Realmente no me arrepiento.

Ya era momento de decirle, no había impedimentos, como la edad. Realmente la diferencia no es mucha.

Sentí como movió la cabeza hacia un lado tratando de mirarme bien, paro sus pasos, y frente a aquella casa, que a saber de quien es. Me acerque hacia el juntando mis labios con los suyos.

The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora