PAZ DE UNA NOCHE

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Me encantaria decir que todas las noches el jóven Uchiha puede dormir tranquilo, pero sería una vil mentira, cada cierto tiempo tiene pesadillas, durante el tiempo que estuvo con Madara, se olvido casi completamente de lo que era sentir empatía, alegría o casi cualquier sentimiento que no fuera odio o resentimiento; pues hoy era uno de esos días, después de haberles gritado a los demás, su culpa volvió como si de un bumerang se tratará; empezo a caminar hacia una casa de té para intentar relajarse, pero de poco sirvió, las personas que lo atendieron se dieron cuenta de su identidad ya que sus "guardias" no habían sido muy discretos.

-¿Qué hace un traidor paseando por nuestra aldea como si nada? Él mato a muchos de nosotros en la guerra- mencionó un señor que se encontraba bebiendo té a lado de donde Obito había tomado asiento, sólo se límito a levantarse y cuando empezó a caminar se topo con la abuelita a la que había ayudado el día que llegaron a Sunagakure

-Obba-san- se le quedó viendo con una sonrisa

-Chico, ven, te invito una taza de té- le sonrió de vuelta la abuela -No hagas caso de lo que las personas te digan, cuando pides perdón he intentas reparar los daños que causaste es suficiente siempre y cuando lo hagas de corazón- lo tomo de la mano y lo sentó en donde estaba, las demás personas se quedaron en silencio -Hoy incluso nos salvaste de las personas que estaban explotando en la entrada de la aldea- alzo la mano y rápidamente le trajeron té y unos dangos con caramelos. Su desayuno fue más tranquilo y la conversación con la abuela lo ayudo recordandole a su propia abuela que hace tiempo había fallecido y nunca volvió a visitar su tumba, cuando al fin se despidió y salió de la tienda empezo a caminar hacia la biblioteca

-Si vuelven a cometer el error de dejar que alguien más sepa mi identidad, se lo haré saber a Temari-san- hablo a lo alto para que lo shinobis lo escucharan; llego a la biblioteca donde se dispuso a leer la historia desde el inicio de Sunagakure, nadie parecía molestarlo y era ese silencio que lo hacía perderse en sus propios pensamientos, al ver que unas gotas mojaban su libro se percato de que estaba llorando, analizo sus lágrimas por un ligero minuto, cerro el libro y lo pidió para llevarlo al hotel para leerlo sin que lo vieran.

Cuando al fin cerro la puerta del cuarto del hotel se volvio a sumergir en el libro, lo termino pero ahora que más podia hacer apenas y eran la ocho de la noche y Kakashi aun no llegaba, se dio un baño, fue al sillón que estaba junto a la ventana, con una cobija en sus piernas y una taza de leche con miel se quedo viendo como la noche empezaba a hacerse más profunda. Poco tardo en acabarse la leche y quedar en un sueño.


La imagen de Madara se habia adueñado del sueño, y aunque Obito lo quería y escuchaba, eso no lo salvo de varias misiones para volverse más fuerte y cruel

-La amabilidad y la bondad son cosas que no te serviran para vengar a tu hermanita- mentia Madara para provocar la ira del más jóven -Le regalaste a tu "amigo" un poder inimaginable para que la protegiera en tu lugar y mira, la termino matando, o tú Maestro, se supone que debía protegerlos a ambos y ve, ahora solo esta Kakashi- Obito se levanto de su asiento intentando irse, pero un golpe fue atinado en su abdomen para dejarlo sin aire -No te di permiso de levantarte Obito- sonrió el fantasma de los Uchihas -¿Acaso te duele que te diga la verdad?¿Qué dolio más, qué hable de tu amiga y Maestro o qué hable mal del chico que te gusta?- Obito solo se sentó nuevamente leyendo la historia del clan, con más atención en como se había formado Konoha.

Pero los sueños son bizarros, de un momento a otro cambio de escenario , ahora era Obito el niño que sostenia el cuerpo de Rin, la niña que había considerado su hermana, como la ira y el sentimiento de venganza lo hizo despertar el mangekyu sharingan y como había acabado con los shinobis que los rodeaban, sus manos estaban llenas de sangre al volver a aferrarse al cuepo innerte de Rin y de su garganta salio un grito desgarrador.

Ahora una mujer que el había reconocido como su madre Naori Uchiha lo veía con desprecio, como si ella supiera todo lo que habia realizo, la mirada fría y decepcionada que se volia distante, veía como rápidamente la mujer se desvanecia a lo lejos y toda la imagen se tornaba de negro, hasta que solo se quedo él caminando en agua, pero esta si mojaba sus pies, y de pronto se quedo sentado hecho bolita.

A lo lejos empezó a escuchar como una voz lo llamaba, era cálida y brillante, se iba acercando cada vez más y él se levanto siguiendo la voz


-Obito- el jóven Hatake se acerco a él despacio, con su mano bajo la máscara y deposito un ligero beso en la parte del rostro con cicatrices de Obito, cuando se alejo, el Uchiha estaba despierto con algunas lágrimas en sus ojos negros 

-Bienvenido- sonrió aun con lágrimas -¿Quieres café o leche?- se levantó dejando caer la cobija que mantenia el calor corporal 

-Leche, por favor- verlo llorar lo hacia sentir afligido, y verlo dirigirse a la mini cocina sin que nisiquiera intentara tocarlo lo tenía confundido, pero sentía que si lo presionaba sería peor  así que se dirigió a tomar una ducha rápida para tomar la bebida que Obito preparaba. Salió del baño con una toalla que le rodeaba la cintura y sin su máscara, Kakashi busco con la mirada a Obito y al no verlo, se vistió rapidamene y salió a buscarlo, podía ser que Obito haya madurado bastante, pero algo en el pecho le decía que se apurara a encontrarlo, cuando salió del edificio, lo vio arriba del mismo, parado en la orilla como si contemplara el abismo, sus ojos reflejaban tristeza, arrepentimiento y dolor, demasiado dolor; corrio y salto lo más rápido que pudo y lo abrazo por la espalda -¡No hagas locuras!¿Qué te sucede, por qué cuando al fin podemos estar juntos piensas en locuras como estás?- sus lágrimas brotaron en inmensas gotas incontenibles -Eres demasiado idiota y egoista- hablo en un tono más bajo pero audible para el contrario que bajo del borde, se dio la vuelta y abrazo a Kakashi, aferrandose más a él

-Yo lo siento- alzó la barbilla del albino, bajo su máscara y lo beso ambos con lágrimas en los ojos se dejaron llevar por el confort que el beso les brindaba, se separaron sin querer y Kakashi tomo la mano de Obito para guiarlo nuevamente a la habitación, entraron y calentaron nuevamente la leche, cuando terminaron se acostaron en la cama abrazados de cara a cara; lo que habría sido una noche de remordimiento y pesadillas se convirtio en una noche de descanso para el jóven Uchiha al poder dormir con quien amaba, Kakashi se convertiría en el repelente de algunos de los demonios de Obito, pero ¿con cuántos podría?







Yo y mis desapariciones y apariciones repentinas, aunque me encantaría prometer que seré más activa les estaría mintiendo, hoy me agarro una inspiración buena y he aquí el resultado, es poco pero es trabajo honesto y tardado, nos leemos en otro momento, ✨✨bye bye✨✨

CON MI ÚLTIMO ALIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora