"Al diablo con el diablo"

"El culpable es un beso"

Tenía dinero, placeres y poder. Podía hacer lo que quería e ir donde se le apeteciere, entonces, ¿Por qué se sentía tan vacío? O quizás más que vacío, aburrido, necesitaba algún estímulo, alguna entretención en su vida. Aquel día su hija había venido a explicarle sobre su estúpido proyecto de aquel hotel, el demonio radio estaba involucrado y el se preguntaba el porqué. Quizás era por la misma razón que él, el aburrimiento. De repente se le prendió la ampolleta y se le ocurrió una gran idea para salir de aquel estado. Empezó a reír y a preparar todo para su plan.

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Un gran sonido de estática se escuchó a lo largo de toda la estancia. Charlie y compañía se levantaron de un salto y corrieron hasta la habitación del locutor. Angel ya estaba tratando de tocar la puerta y llamando a Alastor sin respuesta. De repente sintieron como se abría la puerta, desde la ranura salieron un par de tentáculos y tomaron preso al albino y lo metieron a la fuerza dentro de la pieza. Todos quedaron en silencio, preocupado por la integridad de la araña.

-¿Intervenimos?—dijo la rubia.

-Creo que es mejor esperar…—dijo la morena.

Adentro Angel estaba asustado, esperando que algo pasara entre la oscuridad. Pronto vio unos ojos brillantes de color carmín.

-¿Sonrisas?—

-Fue tu culpa—

-¿Qué? ¿De qué?— siguió temblando, nadie sabía lo que el demonio radio era capaz.

-De esto—la habitación se iluminó y al centro había un hermoso cuerpo femenino, con cabellos largos y delicadas curvas. Angel se sorprendió tanto que abrió la boca y dejó escapar un grito ¿Ese era...?

-No me digas que… —

-Así es, desperté convertido en...mujer—le daba vergüenza decirlo, pronunciarlo incluso. Sus mejillas se sonrojaron, el albino lo encontró un poco tierno al verlo en ese estado.

-¿Y por qué crees que es mi culpa?— cruzó los brazos realmente confundido, no entendía la conclusión a la que había llegado.

-Como que porqué –se le notaba claramente molesto aunque no perdía su característica sonrisa—fue por aquel gesto tuyo—temblaba de rabia al recordarlo.

-¿Gesto? Necesitas ser más específico —

-Ese con tus…tus labios—apretaba los dientes y las manos en un puño.

-¿El beso?—se sorprendió al pronunciarlo, pronto una sonrisa se poso en sus labios—no creerás que yo tengo ese poder…—

-¿Y que será si no? Fue lo único extraño y fuera de rutina que hice – Angel carcajeo ante aquella suposición. No podía ser que el creyera que un simple beso lo transformaría en mujer. Además aquel poder sería el suplicio del albino, no podría tener sexo con ningún hombre ¿Tendría que volverse heterosexual de por vida? Un escalofrío le recorrió la espina dorsal, no debía irse por ese camino. Decidió observar a la fémina que estaba delante de él. Pequeña, delgada y hermosa, más aún con aquellas mejillas carmines.

-Dios mío, eres tan lindo—se volvió a acercar pero Alastor se alejaba cada vez más hasta que se toparon con la pared. El prostituto posó sus manos en aquella hermosa fina cara que ahora portaba. Sus rasgos se habían suavizado y su cuerpo estaba repleto de hermosas curvas. Vio los suaves pechos que habían aflorado y quiso tomar uno pero unos tentáculos impidieron el avance, apartándolo con fuerza

-Angel, no estoy jugando. Esto es en serio—

-Lo sé pero ¿De verdad crees que yo tengo ese poder?—se encogió de hombros.