Nunca debiste gustarme, y aún así me dejé llevar por tu sonrisa fácil, por tus ojos achinados y pelo desordenado.
Nunca debiste atraerme tanto que olvidaba dónde estaba solo con pensar en tu manera de hablar.
Ahora lo sé con certeza.
Nunca debí enam...
Ojalá fuéramos eternos, para decirnos mil y una veces
esos verdaderos "te quieros",
que se quedan atrapados en nuestra garganta,
esperando un silencio,
mas quedándose en el mero intento.
Pero mi vida ya no es la misma,
la tuya menos,
y ahora solo deseo lograr salir de este hoyo,
igual que tú pudiste salir de ese temido invierno,
porque el frío daña el alma;
aunque tu odio consiguió hundirme
y rajarme las venas de lata.
Ojalá tú me hubieras tomado como algo más que un desecho,
preparado para usar y tirar, perfecto,
que nunca da nada por hecho.
Pero no lo hiciste, y ya solo me queda caminar,
por un mal trecho, y esperar a que el tiempo...nos deje olvidar
nuestro mutuo desprecio.
"Tú y yo"
No controles mi forma de actuar,
quizá no sea la más apropiada,
la más formal.
Pese a todo ello, a una chica más honesta no encontrarás,
viviendo en esta mísera ciudad,
escupiendo a los transeúntes...mi verdad.
Mientras, tu manera de caminar me llama la atención,
me relaja, me encanta ver tus pies resbalar sin ton ni son,
por el boulevard, por nuestra placetilla, por la calle donde siempre se para el mirón,
a cotillear sobre asuntos ajenos, en suaves susurros.
¿Crees que tu modo de vivir y el mío son verdaderamente compatibles? ¿O solo estamos destinados a recordarnos como un trozo de tela unido a otro, al que se le cayó uno de sus imperdibles?
Quizá mis rimas sean nefastas, de mal gusto; sin embargo,
me gustaría preguntarte si todavía te gusto.
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