Prólogo

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La intrahistoria, el conjunto de anécdotas y vivencias anónimas que, aunque desconocidas en su mayoría y perdidas con el paso del tiempo, tejen la Historia tal y como la conocemos. El concepto no es nuevo ni tampoco descabellado; fue introducido por Unamuno hace ya tiempo y representa aquella parte del pasado que ni los libros, ni los monumentos de las plazas y las calles reflejan.

La intrahistoria es aquélla que no ha sobrevivido al tiempo en muchos casos, y que en el caso de hacerlo, sólo lo ha conseguido por la vía oral entre los mismos familiares o vecinos del susodicho al cual le ocurrió la anécdota. Y es que, ¿a dónde van a parar las historias de nuestros abuelos y antepasados cuando se mueren? Ya saben, queridos lectores, a lo que me refiero; me refiero a aquellas anécdotas, a veces sin importancia para nosotros, que nuestros mayores nos cuentan de cuando en vez. Hacer de oyente en estos casos no viene mal, las vivencias de quienes nos han precedido siempre han ayudado a la especie humana a sobrevivir. Indio viejo enseña a indio nuevo a cazar bisontes; hombre viejo enseña a hombre joven qué plantas debe recolectar para poder comer y qué otras no para no enfermar.

Cuando estudiamos Historia, lógicamente, pasamos por alto el hecho de que cuando sucedieron las batallas, las invasiones o las epidemias, que aparecen en los libros, decenas de personas vivían por aquellos lares, y no sólo los grandes nombres que aparecen remarcados en negrita en los textos. Por poner un ejemplo práctico, todo el mundo conoce a Napoleón Bonaparte; sin embargo, gracias al tiempo y a la pérdida de la tradición oral, casi nadie repara en los centenares de hombres de hombres que combatieron bajo su mando. De manera indudable, Napoleón tenía mucho más poder, y asimismo, cambió de manera mucho más radical el mundo que cualquiera de sus soldado, pero sin ellos, sin los pequeños granos de arena que conformaban sus tropas, poco o nada hubiese podido cambiar en la Europa de principios del siglo XIX.

Este libro ―o intento de―trata de recopilar ese grupo de historias, sepultadas por el tiempo y por lasgentes, y que pese a lo que pudiera parecer, tienen mucha más miga y másrecorrido que algunas de las que hoy en día se conocen y se alaban. A susprotagonistas, dejados de lado por tantos años, va dedicada esta humilde obra.

Relatos del RiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora