CAPÍTULO 27

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A la mañana siguiente, fui la primera en despertarme, ya que Sam estaba descansando porque hoy no tenía que ir a trabajar por haber ido ayer.

Me preparé el desayuno y mientras me llegó un mensaje de Taiju, vendría a por mi para llevarme a clase, además, me recogería. Le dije la hora a la que tenía que venir y seguí preparándome, ahora más tranquila al no tener que ir andando.

Poco después llegó Taiju, dejé todo cerrado y salí a su encuentro. Sabía que el chico se sentía culpable así que decidí saludarlo de una manera algo diferente.

T/N ¬ ¡¡TAIJU!! - en cuanto vi al chico salí corriendo hacia él y me lancé a sus brazos - Hola - dije sonriente una vez separé la cabeza de su cuello.

Taiju ¬ Vaya, que recibimiento - aunque estaba sorprendido, se notaba feliz.

T/N ¬ ¿Es que no puedo saludar como se debe al mejor novio del mundo? - pregunté ladeando un poco la cabeza, cual perrito.

Taiju ¬ Claro que puedes y siempre - se acercó y empezó un tierno beso - ¿Nos vamos? - dijo, una vez que nos separamos, y asentí.

Me subí en la moto, con cuidado de que el aire no levantase la falda, y Taiju arrancó. Me sorprendió la velocidad con la que íbamos, no era para nada rápida como solía ir de normal, sobre todo cuando iba solo.

Al llegar, la gente se nos quedó mirando, como era normal cuando Taiju aparecía, pero sí eran menos, parecía que se estaban acostumbrando a verlo por allí.

Ya en clase me encontré con las chicas y, para mi suerte, ninguna se había enterado del conflicto del sábado, por lo que estuvimos hablando de forma tranquila, como era normal, si apartamos las inseguridades de Ayanami.

Por suerte, no me mandaron gran cantidad de tareas, las pocas que había que hacer pude terminarlas en clase y durante una hora libre.

A la salida volvía a recogerme Taiju, así que le saludé de igual forma que por la mañana, ganándome la risa ronca y socarrona que solo emanaba ego, pero a mi me hizo reír.

Emprendimos el camino, pero me di cuenta que no era el camino a casa, sin embargo, era un camino que me sonaba, aunque no era capaz de acordarme.

T/N ¬ Taiju - soltó un "hm" en respuesta - ¿Dónde vamos? El camino me suena, pero no sé de qué - noté como empezó a reír suavemente.

Taiju ¬ Dentro de un rato lo sabrás, solo observa tu alrededor - asentí en respuesta.

Hice le que me dijo y tenía razón, unos 10 minutos más tarde, la costa empezó a hacerse visible y rápidamente supe al lugar al que nos dirigíamos.

T/N ¬ Ya sé - canturreé y le di un pequeño beso en el hombro.

Seguimos por la carretera durante unos 20 minutos más, hasta que llegamos al aparcamiento de la playa, al ser por la tarde había algunas personas, pero no demasiadas, teniendo en cuenta que era la hora de comer.

Nos quitamos los zapatos, yo las medias del uniforme y nos fuimos hacia lo que se había convertido en nuestro lugar especial. Miramos nuestro alrededor para asegurarnos de que no había nadie y después entramos al lugar.

Una vez ya dentro, nos sentamos en la arena igual que la primera vez que estuvimos allí, sin hablar y disfrutando de la compañía mutua, algo que se había vuelto muy normal en nuestra relación.

Después de un rato, me levanté y caminé hacía la pequeña orilla "privada" de la gruta, para que el agua me diera en los pies, en todo el tiempo no miré a mi espalda, pero noté como Taiju se levantó y lo escuché andar hacia mi lugar.

Taiju ¬ ¿Estás bien? - me abrazó por la espalda y dejó la cara escondida en mi cuello.

T/N ¬ No podría estar mejor - sonreí cerrando los ojos y dejando que la brisa chocara en mi cara - ¿Te acuerdas de lo que me dijiste la primera vez que vinimos? - noté su risa en la piel de mi cuello.

Taiju ¬ ¿Cómo olvidarlo? - giré el rostro y lo miré - Dije que le pediría matrimonio a la mujer que me tiene a sus pies - asentí.

T/N ¬ Ambos sabemos que aún es pronto - el chico me miró y asintió en respuesta.

Taiju ¬ Pero eso no quita que, en este momento, quiera prometerte ante Dios que te haré la mujer más feliz del mundo y mi esposa - le sonreí viendo la sinceridad y amor que podían ser apreciados en sus ojos - ¿Qué me dices? ¿Aceptarías casarte conmigo en un futuro?

T/N ¬ Si - me giré y pase ambos brazos por su cuello - Me encantaría ser la Señora Shiba, suena muy bien - reí.

Taiju ¬ No sabes lo feliz que me haces - nos besamos como forma de sellar nuestra promesa ante nosotros mismos y, para Taiju, ante Dios.

Este sería el comienzo de una bonita historia de amor, cariño, respeto y cambio para ambos protagonistas. Mutuamente serán el apoyo primordial para el cumplimiento de sus sueños y llegar a una meta común.

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Hola ¿Cómo están?

Bueno, aquí tenéis el último capítulo de la primera parte de esta historia. Espero que la estéis disfrutando y haberos dejado con ansias para la segunda parte (guiño, guiño)

Ahora si, gracias por todo vuestro apoyo y cariño, espero que ocurra lo mismo cuando empiece a publicarse la siguiente parte, pero no se cuando, aunque para hacer la espera más amena, se sumará a la historia de Ran, una nueva.

Al igual que ocurrió con la historia de Shuji, cuando la de Ran o la nueva terminen de publicarse, comenzará a haber otra.

Espero que estén bien.

SomeBody.

La esperanza de los Shiba [Taiju Shiba x Lectora] Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora