JULIUS NOVACHRONO (AMBOS)

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Me encontraba en la habitación de mi amante, el Rey Mago, quien me había citado mediante una carta que necesitaba de mi presencia urgentemente.

-¿Qué sucede Julius? Estaba ocupada en una misión. Debí de apurarme y decirles a Yuno y Mimosa si podían completarlo solos.- solté un suspiro pesado mientras juzgaba al prójimo con la mirada.

-Vaya...Mi Princesa no está de humor hoy ¿Qué puedo hacer para cambiar esa amargura?- el alto se empieza a acercar lentamente mientras me sonríe lascivamente.

-Ya, Julius, dime que es lo que querías. No dispongo del tiempo que tu tienes como para ir a visitar a aquella mujer.- lo último lo digo con asco, pues a la mente se me viene la imagen del Rey Mago con aquella señora que intentaba coquetearlo.

-Así que, ¿mi niña está celosa? No creí que te preocuparan otras mujeres, siempre fuiste segura de ti misma.- cada vez se encontraba más y más cerca de mí. Cada paso que el daba yo lo contrarrestaba dando uno atrás y tomar cierta distancia.

-Cállate. Si me has llamado para venir a perder tiempo aquí, será mejor que me retire ahora mismo.- de tanto retroceder mi espalda estaba a centímetros de chocar con la pared. Decido darle la espalda y encaminarme hacia la puerta, pero siento como él me agarra del brazo y me empuja levemente contra la pared.

Une sus labios contra los míos en un beso apasionado, su lengua busca entrar por mi cavidad bucal, en busca de la mía y enredarlas en una lucha por ver quién podría tomar el control.

Me encontraba desconcertada, no esperaba esa acción de su parte. Mi cerebro no reaccionó a tiempo y, en un abrir y cerrar de ojos, inconscientemente correspondí al llamado de sus labios suaves y dulces mientras me dejaba llevar por el calor que empezaba a nacer dentro de mi pecho y se empezaba a expandir por todo mi ser.

Unos largos minutos me tomó darme cuenta de lo que estaba sucediendo, entonces apagué todo sentimiento lujurioso que estaba teniendo y me puse firme. Tomé de imprevisto al rubio y lo empuje, con la intención de alejarlo de mi.

-Detente, así no solucionaras nada.- estaba enojada, ni siquiera se por qué aquella mujer me hacia hervir la sangre, pero estoy segura que no era de fiar.

-¿Por qué te pones a la defensiva cuando se trata de aquella mujer? Sabes que la única que puede tenerme, eres tú. Cada día me haces desearte más y más, no me imagino vivir sin ti, Rebecca.- el Rey Mago se acerca lentamente y posa su mano en mi cachete, acariciándolo tiernamente.

No tengo motivos para desconfiar de él, es tan puro y caballeroso, pero algunas veces tan idiota y despreocupado. Me dejé llevar por sus caricias, su mano se sentía tan cálida que me daban la seguridad que necesitaba. Entonces, decidí calmar mi pobre corazón y cerrar mis ojos, mi respiración se empezó a suavizar y ese sentimiento que minutos atrás había desechado, volvió a aparecer con ese simple rose que tuve con él.

Aún me encontraba con los ojos cerrados cuando sentí los labios de Julius unirse con los míos, empezando con un ritmo suave mientras aún tenía su mano apoyada en mi cachete y con la otra empezaba a repasar mis curvas sobre la ropa.

El ritmo del beso empezó a subir bruscamente y su lengua tenía total control sobre la mía. Cuando nos quedábamos sin aire, el rubio, se alejaba unos centímetros de mis labios dejando ver un hilo de saliva para, posteriormente, volver a unirlos y hallar aquello que desesperado buscaba en mi cavidad bucal. Agarro su mano, que se encontraba posado en mi cachete, y lo bajo hasta encontrarlo con mi cintura, donde empezó a acariciar y contornear, pero esta vez por debajo de mi ropa.

Cada rose suyo hacia que me estremeciera y que quisiera más de él. Nuestras respiraciones estaban agitadas y no podía evitar suspirar con su suave toque en mi cuerpo.

One-Shot (BLACK CLOVER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora