One-Shot (BLACK CLOVER)

LEMIEL SILVAMILLION CLOVER (ROMÁNTICO)

Durante estos días, Lemiel ha estado yendo demasiado a la pradera cercana al Reino y eso empieza a preocupar a Noemí, debido a que él mismo fue capaz de decirle que va allí cuando necesita un poco de paz y armonía para acomodar sus pensamientos y relajarse.

Ella le ha dado su espacio, intentaba no agobiarlo o presionarlo debido a que el Reino ha tenido días turbulentos por la llegada de presencias que desestabilizaban la tranquilidad del país, sin embargo, ha estado tan distante que logra obtener la preocupación de su amada.

Esta semana ha sido ajetreada y solo quiere ayudar a disminuir su trabajo, entonces decide ir a la pradera, divisando de lejos su silueta recostada por el tronco de un árbol. A medida que se iba acercando veía como rayaba con esmero y dedicación lás páginas de su libreta, la seriedad en su rostro la hacía dudar si debería acercarse, pero tomó valor y sigilosamente llegó a su lado para arrodillarse e intentar leer aquello que tanto escribía.

-Uhm... ¿Qué estas escribiendo cariño?- se acercó más a él mientras frucía el ceño.

-¡AH, QUERIDA!- se sobresalta al escucharla y con esfuerzo cierra su libro y lo intenta ocultar como si nada hubiera sucedido, como si no se hubiera dado cuenta de nada. -¿Qué haces aquí?- ríe nervioso mientras intentaba incorporarse y mirarla.

-Pues... ¿a caso no puedo pasar tiempo con mi pareja?- agachó la mirada mientras suelta un pequeño suspiro.

-Querida Noemí... claro que puedes pasar tiempo conmigo, solo... me ha sorprendido tu repentina presencia.- la toma del mentón para elevarlo y así poder darle un beso en los labios. -No te pongas tiste pequeña, amo tu presencia y compañía. Ven, mi niña, quédate a mi lado...por siempre.- la toma de la cintura y la sienta en su regazo quedando frente a frente.

-Cariño... estos días has estado distante conmigo. Entiendo que estes lleno de trabajo por lo que está sucediendo, pero... tampoco me dejas ayudarte.

Lemiel, como siempre, se tomó su tiempo para responder. De su boca nunca han salido palabras apuradas o que no deban oírse y esta vez no fue la excepción, a pesar que la paciencia de Noemí estaba a punto de terminarse.

Con mucho pesar decidió darle la cruda noticia, la cual era que iba a irse a una misión muy importante para proteger al Reino del demonio que lo atormentaba, pero... con altas posibilidades de no volver a casa nunca más.

Era una noticia difícil de escuchar, ella se sentía desconsolada. No podía soportar pensar que su amado se fuera de su lado y que la dejara sola. Lemiel notó su tristeza y se esforzó por encontrar las palabras adecuadas para que entendiera por qué era realmente necesario.

-Noemí, Si no me voy no podré proteger al Reino del demonio que nos está acechando. La misión es peligrosa, pero confío en mis habilidades y conozco la importancia de estar listo para lo peor. Si me quedo, el demonio nos atacará aquí y será un desastre mucho mayor.- le dijo mientras toma su rostro, tratando de calmarla.

Ella, con mucha preocupación y angustia, no pudo hacer más que aceptar y confiar en las decisiones de su pareja, no sin antes buscar desesperadamente una solución que la involucrara y pueda ser un poco de ayuda para él.

-Entiendo y acepto que vayas a esa misión... pero iré contigo y te ayudaré hasta el último segundo, no te dejaré solo nunca. Juntos podremos derrotar al enemigo, yo lo sé.- intenta decir algo más pero Lemiel la detiene.

-Mi amor, me duele decirte que tengo que hacerlo solo. Entiendo que me quieras ayudar, pero esto es un problema que puedo y debo solucionarlo solo.

La pelinegra se sentía impotente; sabía que era un problema muy grande y que a pesar de querer ayudar, estaba siendo más una carga que un beneficio. Lemiel estaba haciendo hasta lo imposible por mantener el equilibrio del Reino, y a pesar de que su amor era un apoyo increíble para él, su presencia en su vida estaba impidiendo que él pudiera actuar con su habitual calma y certeza.