Te extraño

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Lee MinHo -escuché gritar a la maestra de historia- dame eso -me quito el celular- presta atención a la clase.

Lo siento -respondí- no volverá a pasar.

Eso dices siempre, no entiendo el porqué siempre -se quedó callada al mirar lo que tenía en mi móvil- lo dejaré pasar esta vez -me entregó mi celular.

Mire aquellas fotos que había tomado de Jisung, fotos de cuando eramos pareja, fotos donde el se veía tan feliz, hace aproximadamente dos meses que el había fallecido, lo extrañaba más a no poder, mentiría si dijera que no lloraba  todas las noches, me dolía no sentir su presencia, me dolía no poder abrazarlo y besarlo, me dolía no poder verlo y decirle cuando lo amaba, cuanto lo sigo amando. Debido a esto presente ansiedad e insomnio, estaba tomando medicamentos a más no poder. Hannie, ¿si tomo todas mis pastillas para dormir, estaremos juntos?, espero y sí.

Mi imagen paso de mal en peor, nunca fui de arreglarme tanto, pero ahora parecía un alma en pena, me miraba al espejo todos los días y me miraba como una persona que pedía a gritos la eutanasia, porque eso era lo que deseaba a más no poder, Jisung, ¿Tenías miedo de lo que dirían?, Te entiendo perfectamente, no querías sentir el rechazo de tus padres al saber que eres homosexual, pero, ¿Ellos te lo dieron a entender?, Porque, el día que te velamos tu padre habló conmigo, me dijo que sabía todo, me dijo que te apoyaba por aquello, ¿Tenías todo planeado verdad?, Porque minutos después de tu deceso a todos nos llegó un mensaje donde te disculpa. ¿No podías afrontar las cosas?, Yo estaría contigo mientras hablabas con tus padres y nunca te dejaría solo, Jisung, te extraño.

Señor Lee -la maestra tocó mi hombro- ya pude salir -mi miró.

Si, lo lamento -guarde mis cosas en mi mochila- prometo que no pasará de nuevo -la miré.

No es necesario que cumplas promesas -me respondió- Seños Lee, ¿Quiere ir a terapia? -me preguntó- necesita hablar con un profesional.

¿Tan mal me veo? -pregunté.

Desearía no decir esto, pero....si -toco mi hombro- no soy nadie para obligarte, pero si deseas ir a terapia podrías ir al psicólogo escolar -me sonrió.

Gracias -respondí- me retiro -coloque mi mochila en el hombro y me despedí.

∆∆∆∆

Hola -sonreí y deje aquellas flores en la lápida- ¿Cómo has estado Hannie? -saque en mi mochila un trapo y un poco de agua- pero mira, estás bien sucio, deja te limpio - procedí a colocar agua en aquel trapo.

Sabes -continué hablando- todavía te extraño, pero creo que ya eso lo dejé muy en claro -limpie aquel concreto- tus padres tu hubieran apoyado -comenté- desafortunadamente tu miedo fue más -tome su foto- ¿Por qué? -acaricie el cristal- ¿Por qué? -sin más empecé a llorar mientras abrazaba su foto.

Hannie, ¿No ves que me estoy muriendo en vida?, Y lo peor, que me da miedo morir aunque te diga que deseo hacerlo para estar contigo, tal vez y soy un cobarde, tal vez el único valiente siempre fuiste tu. Hannie, ¿Me perdonas por no tener las agallas te matarme?

Querido Han Donde viven las historias. Descúbrelo ahora