♯ Fragmento 2 ✦

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Fragmento OO2 ;; Los monstruos del armario
17-01-2007

🌙 ⭐

El reloj marcaban las 7.03 a.m. Entre las sábanas blancas como la luz lunar que iluminaba el cuarto despertó Tadashi, que a pesar de ser por la mañana, la luna en Miyagi seguía despierta.

Después de estar unos minutos viendo hacia la ventana y la luna menguante que se encontraba tras ella dirigió su mirada hacia Kei, quien estaba viendo fijamente al armario.

- ¿Qué haces? - preguntó el pecoso algo confundido, no era propio del rubio despertarse tan temprano.

- ¿No crees que hay monstruos en el armario?

- ¿monstruos?

- Sí, pero de esos invisibles que te atacan cuando estás desprevenido. - respondió sin despegar la mirada del armario bicolor y decorado de una multitud de estrellas.

- Oh.. sí, creo que sé que dices. A mí me ataca uno muy, muy grande dándome golpes en el pecho. - Dijo el pecoso tocándose la zona en donde se encontraba su corazón.

Su enfermedad cada vez empeoraba más, cada vez dolía más.

- A mí también me golpean, pero no solo por el pecho..

Aún éramos niños, no sabíamos nada sobre nuestras enfermedades.

Pero a veces pienso que era verdad, que había monstruos invisibles que golpeaban a Yamaguchi.

Y que también me golpeaban a mí.

- ¡Seguro que cuando seamos mayores seremos súper fuertes! ¡así podremos derrotar a esos feos monstruos y no nos volverán a golpear! - dijo con su típica sonrisa de ingenuo que tenía siempre. Pero esa sonrisa realmente le consoló.

- Tienes razón, como en los cómics de superhéroes - respondió el rubio sin ánimo alguno, pues si ya tenía bajo rendimiento de por sí, la leucemia le hizo que bajara aún más.

El de tez morena sintió pena, así que se bajó de su cama para ir a la del de cabellos color oro.

Este le hizo un lugar para que se sentara, y así fue. Estaban enamorados el uno del otro y lo sabían.

Pero no querían estarlo, pues también sabían que en cualquier momento el corazón de uno de los dos dejaría de later.

- Aún es pronto ¿no quieres dormir un poco más? - preguntó el más alto acariciando y jugando con los cabellos del contrario.

- No, ya me despertaste. Ahora me tendrás que aguantar por el resto del día~ - canturreando comenzó a moverse inquietamente por la cama. Era un chico bastante activo.

- Me cuesta pensar que todavía no has desayunado y ya estás tan enérgico. - bostezó y agarró sus lentes.

- Y a mí me cuesta pensar que seas tan malhumorado desde primera hora de la mañana - se rió y fue hacia la otra cama, previniendo alguna cachetada de Kei.

Nota autor:

A pesar de no haber sido el más largo, este ha sido mi capítulo favorito hasta el momento. 💞

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