Capitulo 17

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Mamá y Papá 

ADVERTENCIA: Capitulo largo 

En el momento en que Sesshomaru observo a la azabache darle la espalda y alejarse de él, sintió un extraño deja vu, volvió unos cuantos años atrás en su mente y se vio a sí mismo preguntando en todos los lugares posibles el paradero de aquella mujer que no dejó su mente en todos esos años que llevaban lejos, y algo tenia seguro, no iba a estar en ese lugar de nuevo, no ahora que la tenía a unos cuantos metros de él, no cuando existía una mínima posibilidad de que aquella niña que tenía Aome podría ser su hija.

En cuanto ella tomó aquel taxi, fue cuestión de segundos para que él subiera a su auto y la siguiera a una distancia considerable, alejado para que no se percatara de que la estaba siguiendo pero no tan lejos como para perderla entre el tráfico.

20 minutos fue lo que tardó el trayecto entre aquel parque y el lugar en donde aparco el auto en el que iba la mujer, estacionó el auto a unos cuentos metros, viendo como la zabache bajaba después de unos minutos para entrar en esa casa, casa que reconocía poco después de verla detenidamente, era la casa de los padres de Miroku, el mejor amigo de su torpe hermano menor, recordaba el lugar a detalle, pues años atrás; cuando su hermano solo sabía utilizar su cabeza para travesuras terminaba en aquel lugar y él tenía que ir por él muchas veces por orden de sus padres.

—Claro, te estás escondiendo aquí...

Soltó el comentario al aire mientras analizaba toda la situación, luego, a lo lejos vio a la madre de cierta castalla, lo sabía por el parecido de las dos, la madre de Sango estaba en el jardín delantero hablando con el que suponía era uno de los empleados de la casa para luego entrar, ideó un muy improvisado plan, sabia que existian mas maneras de hablar con la azabache, pero aun recordaba a Aome como la recordaba sabía que no se la iba a dejar fácil el hablar, asi que tendria que irse por otros métodos.

Bajo del auto, dejándolo ahora un poco más cerca de la casa, cuando llegó a la gran reja uno de los hombres de seguridad lo reconoció.

—Joven Sesshomaru, cuánto tiempo sin verlo— el tono de amabilidad le trajo alguno que otro recuerdo, pues en muchas ocasiones era el mismo hombre quien le daba paso para poder ir por el idipta de su hermano, y si sabía jugar bien sus cartas, también le podría dar paso esta vez pero para ir por la Higurashi.

—Veo que usted no ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi, hace unos 12 años, sino me equivoco, crei que ya se había jubilado— bromeó un poco con el sujeto, el cual soltó una risa por lo dicho.

—¿Qué dice? Si estoy en la mejor parte de mi vida, apenas si tengo 38 años— el moreno sonrió, para luego cruzarse de brazos sin dejar de mostrar su dentadura— ¿Le puedo ayudar?

—Si, Sango me pidio que viniera, es algo relacionado con mi incompetente hermano.

—Creo ese muchacho jamás cambiará,

El hombre abrió la reja, dejando pasar al ojidorado en la propiedad el cual agradeció de manera rápida y caminó hasta la casa, en donde una empleada de servicio le abrió.

—Buenas tardes señor, ¿A quien necesita?

—Dígale a la señorita Sango que Sesshomaru Taisho necesita hablar con ella.

—Por supuesto, espere aquí por favor.

La mujer desapareció en uno de los pasillos mientras él se quedó esperando en el vestíbulo, sin imaginar todas la emociones negativas que provocó en cierta azabache de ojos cafés, mientras tanto ella estaba por tener una crisis nerviosa.

—Dios mío... él está aquí— Aome tocó su cabeza con frustración, uniendo hilos en su cabeza y dándose cuenta de que el Taisho la había seguido hasta ese lugar y ella no se dio cuenta.

Mi Hija, Mi vida (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora