Mute ›› Sunki

›› O6. Estoy aquí

Sunoo iba por los pasillos riendo de todas las anécdotas que Jungwon le contaba sobre su compañero de cuarto. Él y Yang se habían conocido hace poco, exactamente cuando el antiguo compañero de Jungwon se fue de intercambio, Ej era una antiguo amigo, y él le presentó a Jungwon poco antes de irse.

Ahora eran buenos amigos, y Sunoo estaba seguro de que lo serían siendo por mucho tiempo.

── Es que realmente no lo soporto, es lo peor del mundo ── gruñó el menor, tensando la mandíbula ──. Es odioso, irresponsable, perezoso, sucio, desorganizado, es... es ¡Ah, me saca de quicio, lo detesto!

Sunoo se rio suavemente, la verdad no era sorpresa para nadie que esos dos se detestaban a muerte, lo peor de todo es que Jungwon ni siquiera se había dado la oportunidad de conocerlo, solo había escuchado su voz y decidió inmediatamente que no le agradaba, pero Sunoo a estas alturas, había comenzado a dudar que se 'detestaran'.

── ¿No lo soportas por eso o acaso es otra cosa? ── Sunoo volvió a reír. Jungwon arrugó la nariz en señal de desagrado.

── ¡¿Kim Sunoo qué estás insinuando?! ── chilló el menor empujando su cuerpo suavemente ── Que estupidez, ¿Cómo puedes insinuar que me gusta Jay o algo por el estilo?

── Yo no he dicho eso ── sonrió inocentemente, viendo como cierto tono rojizo se esparcía por las mejillas del menor ──, ¿Qué te hizo pensar que iba a decir eso, Yang Jungwon? 

── ¿Sabes qué? ── dijo con las mejillas sonrojadas ── Esta conversación no me esta resultando, además tengo que estudiar para un examen, así que debo irme. Adiós Kim Sunoo.

── Adiós Yang Jungwon ── canturreo el mayor con una sonrisa ──, no te desconcentres pensando en otras cosas.

── ¡Yah, basta! ── chilló con las manos hechas puños y el entrecejo fruncido.

── Estas incluso copiando sus palabras ── se carcajeo Sunoo mientras Jungwon comenzaba a acelerar el paso palpando nervioso el suelo con su bastón.

Sunoo únicamente se rio dándose la media vuelta en dirección a su habitación, quería llegar a su cama y dormir hasta no poder más, tenía bastante pereza, y tampoco tenía nada que hacer. Dormir era la mejor opción.

Al llegar a la puerta de su habitación, pudo escuchar de forma muy leve un par de sollozos provenientes del interior del dormitorio. Frunció el ceño con confusión, no se molesto en tocar y entró sigilosamente. Al asomar su cabeza por la puerta pudo divisar a su compañero de cuarto sentado sobre su respectiva cama apoyando su cabeza en sus rodillas, su cuerpo dando saltitos por la falta de aire, probablemente llevaba un buen rato llorando.

── ¿Ni-ki? ── preguntó y el menor se sobresaltó, levantando su cabeza y pasando la manga de su sudadera por sus ojos para quitar todo rastro de lágrimas que hubiera ── Lamento irrumpir así en el dormitorio, no... no sabía, lo siento ── murmuró, sus dedos piqueteando la madera de la puerta ──. Si lo deseas, me puedo ir. No te preocupes por eso.

Sunoo estaba por darse la vuelta y cerrar la puerta a sus espaldas pero detuvo todos sus movimientos cuando Nishimura comenzó a mover las manos y la cabeza de un lado a otro, señalando que no se fuera. Lo último que quería el japonés era incomodar a Sunoo.

Kim entró a la habitación y cerró la puerta, tomando asiento en el escritorio, observando a Ni-ki. Mordió su labio suavemente, preguntándose si debía arriesgarse a ayudar o dejar al menor, y no ser impertinente.

Y decidió ser impertinente. 

── ¿Puedo saber que ha pasado para que estés así? ── soltó sin más, los ojitos llorosos se encontraron con los de él, y Sunoo pudo sentir que algo se quebraba dentro de él. Era tan sensible, que ver a otros llorar lo afectaba mucho.

── Gracias por preguntar, pero ── señaló Ni-ki con sus manos temblorosas ──... estoy bien.

Sonrió a medias pero ladeo su cabeza al ver la cara de confusión de Sunoo, estuvo observando al mayor por un par de minutos, hasta que se dio cuenta que Sunoo no había entendido absolutamente nada de lo que le había dicho mediante señas.

El menor negó suavemente y tomó una pequeña pizarra a un lado de su cama y borró los garabatos que había hecho en la blanca superficie para comenzar a escribir.

'No te preocupes, estoy bien :)'

Volteo la pizarra, dejándola a la vista de su compañero de cuarto, quien únicamente se levantó de la silla del escritorio y se acercó a la cama de Ni-ki.

── ¿Puedo? ── Ni-ki asintió y Sunoo le sonrió, abultando sus mejillas ── Sé que no somos muy cercanos, pero quiero que sepas que puedes decirme lo que sea. Si temes que se lo diga a alguien más, no te preocupes, no lo haré, tampoco te juzgaré ── su cabeza se ladeo un poco ──. Quiero que sepas, que estoy aquí para ayudar, ayudarte a ti, no solo en cuanto a tu discapacidad, sino en muchos aspectos más allá.

Ni-ki mordió su labio inferior mientras comenzaba a escribir en la pizarra, con cierto miedo. ¿Qué pasaba si Sunoo creía que su tristeza era por algo tan infantil.

'Mi familia no estás aquí, está en Japón. Se supone que llegarían esta semana, y cuando eso pasara yo dejaría de estar internado y viviría con ellos, pero no van a poder llegar porque tuvieron un inconveniente. Quizás en dos meses o incluso más, y los extraño mucho. Tal vez pienses que es tonto, yo también lo pienso, pero en mis catorce, casi quince años de vida, nunca he estado lejos de ellos por tanto tiempo, y de cierta forma, me asusta.'

Nishimura le entregó la pizarra al mayor mientras silenciosas lágrimas volvían a caer por sus mejillas, las cuales intentaba quitar desesperadamente de su rostro. Odiaba con toda su alma llorar ante otras personas, se sentía estúpido y le recordaba a cuando era pequeño, cuando sus compañeros al terminar las clases lo empujaban o lo encerraban en alguna parte, donde los molestaban usando como principal argumento su mudez.

A veces le decían que no debería haber nacido, que era inútil y que posiblemente no era más que una carga para todo el mundo. Aún recuerda esa sensación de pánico, el querer defenderse, gritar y pedir ayuda, y solo no poder.

Un nudo se formó en su garganta y apoyó su cabeza en sus rodillas en busca de consuelo, pero parecía imposible. El aire comenzó a faltar en sus pulmones.

Y en eso, dos cálidos brazos lo rodearon en una forma de consolarlo y calmarlo. Ni-ki looevantó su cabeza, y en eso encontró a Sunoo acariciando su espalda con delicadeza, dejándolo llorar todo lo que necesitará. Algo extraño se expandió por el cuerpo de Ni-ki, era una especie de calidez, tanto así que se sentía como si fuera alguien de su familia que lo abrazara.

── Puedes llorar, no te contengas ── dijo pasando una mano por su cabello ──. Yo estoy aquí para ti, donde sea y para lo que sea.