𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ⸻ 𝐐𝐮𝐚𝐜𝐤𝐢𝐭𝐲 𝐱 𝐨𝐜 𝐟𝐞𝐦𝐚𝐥𝐞!!

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Freya' s 2023

Harrison o mejor conocida como Harry, la mentora de mi madre vió la foto con atención y sonrió ligeramente. Nunca la había visto nostálgica, como si recordará una serie de eventos con solo ver aquella simple fotografía tomada a principios de siglo. Justo cuatro años antes de mi nacimiento, por lo que me madre debía de tener 18 años. Era mu joven, muy bella y sorprendentemente aunque no lo pareciera ella estaba sonriendo, al igual que él.

— Alexis se ve tan joven en esa foto —ladeó la cabeza y se acercó un poco más para ver mejor la imagen.— Me parece que en esa ocasión fueron de excursión a unas montañas con otras dos amigas más —recordó.— Ese chico siempre ha sido un encanto, un gran amigo de tu madre sin duda alguna, Frey

— De pura casualidad, ¿No tienes más fotos? —encarné una ceja en espera de su respuesta.

— Oh, claro que no —me aseguró.— Tu madre perdió la mayoría de ella y las pocas que tiene las guarda sus fotos con llave —suspiró.— Para tu madre sus fotos siempre fueron su posesión más sagrada, ha decir verdad me sorprende que encontrarás esa foto. Era una de sus favoritas —me dijo.— Y aún así dejó todas las fotos que le quedaban en su closet cuando se casó con tu padre, pero después de bueno, ya sabes —entendía a lo que se refería.— Las trajo de nuevo, aunque deberías de pedirle permiso cuando vuelva —le sugiero.— Es un tema sensible para ella

— Gracias, Tía Harrs —Necesitaba abrir esa caja, la curiosidad iba cada vez más en aumento.

— En su juventud era muy unida Alexis, pero ya sabes como es el mundo de la farándula —Ella entendía bien ese mundo, mi madre siempre me alejó de los reflectores, y le agradezco eso.— Por cierto mi vida, ¿Dónde encontraste la foto? —inquirió interesada en la respuesta.

— En un lugar muy peculiar, estaba debajo detrás de la cabecera de su cama, casi cayéndose

— Que raro —frunció el ceño.— ¿Quieres helado para el postre? —cambió completamente el tema.— Hay napolitano, es el favorito de tu Bry

— Si, por favor—le pedí— ¿Te ayudó?

— No, no te preocupes, ve a tu cuarto y en un rato te llevan tu desayuno —me sonrió y asentí con la cabeza. Regresándome al cuarto de mi madre y leer un poco de su diario, estaba un tanto extrañada por si extraña actitud al hablarle de ese misterioso chico.

To Alex, mi sol.

Al inicio nuestras pláticas podían durar minutos, los cuales se sentían como pocos segundos por la fluidez de tus temas de conversación. Realmente me atrapaste con tu melodiosa voz.

Salimos más veces después de habernos conocido. Una vez me invitaste a tu casa porque morías por que alguien escuchara el sonido causado por las yemas de tus dedos sobre las finas cuerdas de esa guitarra; me diste el honor de ser la primera persona en escuchar lo que a ti te causaba emoción, me diste el honor de escucharte a ti cantando las más dulces canciones mediante tu suave voz.

Me diste el honor de estar contigo, de compartir un dúo en una canción. Al parecer te gustaba mi voz y me lo hiciste saber, me dijiste que era extraordinaria en ello e incluso me aplaudiste emocionado por ello.

Oh, si supieras como esa frase retumbó en mi.

¿Yo extraordinaria?

Ojalá no hubieras dicho eso.

Los soñadores son egoístas.

Ojalá no hubieras hecho eso.

Tal vez sino hubieras fantaseado con nuestras libertad estarías a mi lado o tal vez no.

Tal vez no fue nuestra culpa.

Pero lo hecho, hecho está.

— A.