Mi Chica Mexicana

Parte única.

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Yoongi iba conduciendo por las calles de la ciudad de México, el vehículo que a duras penas andaba, se lo habían arrendado en un lugar de mala muerte, pero no había podido conseguir algo mejor, había llegado recién ayer en la tarde y hoy era su primer día de clases.

La universidad ISMM estaba dedicada a la gastronomía, pero este año impartirán cursos especiales para que los alumnos pudieran distraerse en algunas horas dentro del campus, los cursos impartían desde deportes, arte y música, literatura , pintura e idioma.

Namjoon lo había buscado porque necesitaba un profesor con ideas nuevas y relajadas, como alma libre quiso probar llegando hace un par de meses a establecerse, pero había tenido que viajar, la relación que había tenido con "su cariñito", como él la llamaba ya no existía, y dejó atrás todo aquello que dolía, cambiando de rumbo, nueva vida, nuevos desafíos, algo cliché que escuchaba a menudo, pero había abrazado esa idea, porque de verdad necesitaba un cambio.

Se había imaginado la ciudad de México polvorienta y llena de moscos y calor húmedo, que con solo pensarlo le disgustaba, pero cuando llegó al lugar se topó con una gran arquitectura, calles amplias, y pequeños plazas con arboles muy extraños a su parecer, bonito.

Había tenido la suerte de encontrar un pequeño departamento para soltero con solo un ambiente, nada lujoso, pero cómodo y confortable, donde tenía una pequeña habitación para poder guardar y dedicarse a su música, debía reconocer que estaba un poco nervioso, había enseñado a niños en el pasado lo básico de la música, pero distinto era a personas adultas, con ciertos caracteres ya desarrollados.

Todo el mundo se lo quedó mirando, cuando llegó con ese auto sacando humo, y a tirones, como en las películas de ficción, debía reconocer que estaba avergonzado y molesto, y no dudo en dar una patada a los neumáticos cuando salió, porque en realidad tenía mucha rabia, su día había empezado de la puta madre, sin siquiera haber podido tomarse un desayuno decente.

Saco la mochila con su computador y su guitarra con su caja de amplificación, miro alrededor y muchos lo miraban extraño, otros reían, cuando se percató de una chica que venía muy, muy distraída en bicicleta y le paso pisando un pie, la bicicleta se desestabilizó, cayendo hacia un lado

_ por la puta!!! _ gritó ella _ acaso no te fijas por dónde vas imbécil!! _ le dice la chica de melena oscura ojos grandes y unos labios gruesos, lamentablemente no pudo retirar sus ojos de aquellos exuberantes senos, una de las cosas que a veces les impresionaba de las mujeres en ese país eran sus curvas, sus senos y sus grandes culos, cosa que no era para nada habitual en su país.

_ y ahora que miras estúpido!

Yoongi se puso nervioso y se acercó para ayudarle, pero esta le dio un gran golpe en la mano poniéndose de pie y dándole una mirada reprochadora de arriba abajo.

Se dio cuenta que la cadena de su bicicleta se salió y se acercó a un lado de la calle avanzando cojeando con la rodilla y el codo herido.

_ puedo ayudarte _ le dice Yoongi, la chica solo le dio una mirada asesina y siguió su camino, balbuceando cosas que Yoongi estaba seguro que eran maldiciones y garabatos hacia el.

Nam llegó corriendo a ayudarlo, _ ¿Qué te pasó? _ reía Nam mostrando esos hoyuelos y esa sonrisa que Yoongi pensaba que no era real, su hermana siempre decía que su amigo debía ser algo "no de este mundo" porque era demasiado hermoso para este planeta, ella vendría en un par de semanas junto a su amiga, que si estaba enamorada de Nam.

Yoongi había sido un chico muy tranquilo, y siempre se rodeó de mujeres, estaba acostumbrado, a sus locuras, a sus cambios hormonales, a esas semanas donde ellas decían que un tal "Andrés" llegaba a visitarlas, el sabia de esas cosas de pequeño, tuvo una madre muy inclusiva, y así como el sabia todo de ellas, ellas igual sabían todo de él, dejándolo en vergüenza muchas veces, con sus erecciones matutinas, o sus largas duchas de adolescencia, siempre recordará cuando su hermana Pamela lo encontró en la ducha empalado, masturbándose como un endemoniado a los catorce años. En su casa las puertas no se cerraban, y todos mostraban sus cuerpos, era la diferencia de tener una madre de ascendencia Mexicana, enamorada hasta los huesos de un coreano.