Capítulo 1: El comienzo de una bonita historia

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Lunes, 6:30am, preparando el desayuno para ir a la escuela con las ganas en 0%, a veces pienso en dejarla pero luego recuerdo que tengo un padre que está muy al pendiente de su hijo, un padre que a pesar de los insultos, reproches y malos tratos de su familia supo salir adelante, un padre que trabaja día y noche para poder darle comida, techo y estudios a su hijo, un padre que a pesar de estar soltero y con problemas de la ley le inculcó a su hijo valores para que pueda seguir adelante, por el lo hago, por el aún sigo estudiando y sacando las mejores calificaciones posibles, para que se sienta muy orgulloso de haber tenido un hijo como yo.

- Buenos días pequeño.- Escuché la voz de mi padre entrando a la cocina.

- Buenos días papá, aún falta una hora para irme a la escuela, siéntate vamos a desayunar juntos.- Dije mientras ponía el desayuno en la mesa.

- Alexis, cariño no debiste levantarte tan temprano.- Habló.

- Es que hoy quería comer contigo, tengo una semana completa que no te veo ya que cuando llegas del trabajo estoy durmiendo y cuando llego de la escuela tú ya no estás.- Tomé asiento.

De hecho es una semana y varios días, mi padre trabaja muchas horas al día tantas que solamente tiene 4 horas para descansar en la casa, luego tiene que volver al trabajo, amo mucho a mi padre pero creo que debería de trabajar menos.

- Lo sé soy un mal padre, ni siquiera pude ir a la feria en la que participaste...- Dijo con la voz apagada.

- Papá no digas eso, eres el mejor padre del mundo, trabajas durante muchas horas, solo tienes 4 horas para descansar y aprecio mucho todo lo que has hecho por mí, además esa feria era bastante aburrida déjame decirte.- Sonreí.

- Mmm bueno, si tú lo dices está bien, comamos que luego se te hace tarde pequeña zanahoria.- Se burló.

- Oyeee no me digas así.- Me quejé.

Mi padre es una persona muy buena a veces pienso que la vida no supo tratarlo de la mejor manera pero claro luego están estos momentos en los que quiero que simplemente cierre la boca, no me gusta que me ponga apodos sobre mi cabello, por qué sí, soy pelirrojo, no es por moda o algo así, nací con el, puesto que mi madre si se puede llamar así, lo tenía de ese color.

- Y dime, como va la escuela.- Dijo mientras tomaba un vaso de jugo.

- Super bien, aunque últimamente me está doliendo mucho la cabeza y se me dificulta ver con claridad la pizarra.- Expliqué.

- Creo que vas a necesitar lentes Alex, mañana si quieres te llevo a la óptica.- Dijo serio.

- ¿Estas seguro? Mañana tienes trabajo.- Mencioné.

- No te preocupes por eso, voy a pedir el día libre así después de la óptica podemos salir a donde quieras.- Dijo sonriente.

- ¿En serio?.- Pregunté emocionado.

- ¡Claro! Este mes no he pedido ni un solo permiso así que estoy bien con eso, además dijiste que casi no pasamos tiempo juntos y tienes toda la razón así que mañana después de la óptica salimos, ¿Si?.- Proclamó.

- Muchas gracias papá, te quiero mucho.- Dije.

- Oye estos huevos revueltos están muy ricos, pero de igual forma no debiste despertarte tan temprano zanahoria.- Habló mientras comía de su plato.

- Te dije que no importa, teníamos varios días que no comíamos juntos, terminemos de comer que ya se me está haciendo tarde y sabes que a Oliver no le gusta esperar.- comenté.

Me encantan estos momentos con mi padre, muchas personas dicen que el es un mal padre solo porque fue a prisión y tiene tatuajes pero que hayas ido a la cárcel no significa que seas un maleante, que tengas uno que otro tatuaje no significa que seas un ratero.

Ring, Ring, Ring

Llamada telefónica.

- ¿bueno?.-

-Alexis donde estas llevo 30 minutos esperándote, acuérdate que ayer quedamos en ir donde Max.-

- Dios, Oliver lo siento tanto se me había olvidado, pero ya estoy listo voy para allá.-

- Cambio de planes solo ven y ábreme la puerta que hasta aquí llega el olor a huevos revueltos.-

- Eres un pendejo, ya te abro.-

Fin de la llamada.

- Zanahoria que te he dicho de las palabrotas.- Reprochó mi padre.

- Lo siento papá, ya sabes cómo soy.- Me disculpé.

Al abrir la puerta me encontré con el baboso de mi mejor amigo aunque el que no nos conociera diría que somos hermanos ya que el se parece mucho a mi papá, mi padre aún no descarta que el sea su hijo perdido y más por la razón de que es adoptado.

- Hasta que por fin.- Entró rápidamente empujándome en el acto.

- Oliver!!.- Grito mi padre.

- Papá!!.- Respondió el recién nombrado.

Sip, siempre que se encuentran es así, entiendo mucho a Oliver si estuviera en su situación yo también haría lo mismo, no es fácil ser el adoptado de la casa y que no te traten de la mejor manera.

- Oliver toma asiento te prepararé algo.- Indiqué.

- Oliv, como estas, como te has sentido últimamente, tenía mucho que no te veía pequeño.- Comentó papá.

- Muy bien, los señores Smith se fueron de viaje así que hay paz, aunque es solo por unos meses.- Explicó.

- Si quieres puedes venir y quedarte con nosotros, tenemos una habitación vacía o si quieres quedarte con Alex.- Habló mi padre.

- Me parece una muy buena idea, así no estás solo en ese tiempo.- Dije mientras le pasaba la comida a Oliver.

- Gracias lo pensaré, comamos rápido que solo quedan 20 minutos para entrar.- Dijo este último.

- Si, tienes razón, yo iré a dormir un poco dentro de unas 3 horas tengo que volver al trabajo, nos vemos después niños que les vaya bien.- Se despidió mi padre yendo hacia la habitación.

Oliver y yo terminamos de comer en un santiamén, en verdad es un poco mi culpa que se nos hiciera un poco tarde pero bueno, recogí los platos sucios para lavarlos cuando llegue de la escuela y así con la panza llena y el estrés de llegar tarde a tope nos fuimos.

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Holiiiisss, esta es mi primera historia espero les guste mucho, si hay alguna falta de ortografía por ahí porfa me lo dicen, se aceptan críticas de todos los tipos, acuérdense de votar y espero sigan está historia.

Los quiero muchoooo:3

Att: Evangeline, su humilde escritora.

- No copias.

- No adaptaciones sin mi permiso.

la libreta azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora