Cena

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-Estás segura de que estás bien?—Soltó un suspiro apagado mientras se ponía los aretes. Estos eran negros .

-Estoy perfecta mamá—rodo los ojos mientras se ponía los tacones. El vestido era negro con degradado crema al final. Severus se lo había regalado un día antes

-Mucho gusto, Señora Evans—saludó amablemente. Traía consigo un ramo de lirios y uno de Petunias además de otro de alcatraces —Petunia me dijo que sus flores favoritas eran los lirios así que pensé en traerle un pequeño ramo.—De pequeño no tenía nada. Era un gigantesco ramo que era muy difícil saber cómo los había llevado. Traía una caja bastante grande bajo el ramo de Petunias.

-Oh! Querido! No hacía falta.—Tomó el ramo entre sus brazos— Petunia está en su cuarto, hijo.

-Muchas Gracias—tomó ambos ramos y la caja para pasar. Al entrar se encontró de frente con Sirius Black—Black.—saludó fríamente mientras caminaba hacia las escaleras-

-A donde crees que vas?—Pregunto Potter quien estaba sentado junto a Lily, esta solamente quitó la mirada y continuó platicando con Marlene y Dorcas quienes observaban con atención. Peter y Remus se quedaron al margen

-Con mi novia, Potter—

-Severus...para quienes son esas flores?—preguntó Lily interesada. Las flores de alcatraz siempre habían sido sus favoritas.

-Son Para Petunia—pasó de largo a los merodeadores y siguió su camino a lo largo de las escaleras. Se detuvo en la que supuso era la puerta de Petunia. Toco dos veces y nadie abrió—Petunia? Soy yo, Severus!—hablo en voz un poco alta. Al no escuchar nada tomo el pomo de la puerta y giro lentamente. Cuando la abrió por completo noto la figura de Petunia tendida en la cama. Su cabello rubio estaba tapándole completamente la cara. Se encontraba con solo una camisa bastante larga. Severus ladeó un poco la cabeza y dejó la caja junto a las flores en su escritorio. Se metió por completo a la habitación y cerró la puerta detrás de él.

Se acercó a la cama y la movió lentamente—Petunia...Petunia, despierta.—la chica gruñó en respuesta. Miro a la ventana en un suspiro—Petunia!—le grito en el oído. La chica se levantó de golpe. Lanzó un derechazo en dirección a la cara de Severus el cual le pegó directamente en la cara—Agh!

-Eh? Ah! Severus!?—se paro de la cama rápidamente y se acercó a él—qué demonios?

-Te traje tu vestido para mañana—masculló mientras se sobaba la cara. Se miro al espejo y noto que está sangrando.—Tienes buen tino

-Vamos al baño. Te voy a limpiar la sangre—Severus se alejo de élla rápidamente.

-No hace falta, solo venia a entregarte el vestido y todo lo que vas a necesitar—murmuro. Abrió la puerta y salió del cuarto

-Estoy loca—susurro sentándose en la cama

-Como me veo?—me di la vuelta para que me vieran. Mi mamá abrió los ojos con demasía y sonrió genuinamente, por su parte, Lily la miro con molestia y celos en sus ojos. La miraba atentamente como esperando cualquier error.

-Te ves preciosa hija!—su madre se acercó a ella para abrazarla—Estás hermosa!—Petunia se quedó estática bastante sorprendida, no pudo devolver el abrazo por la impresión. Elena se separó de su hija con los ojos apuntó de llorar.

-Gracias mamá—susurre—y tú ...qué opinas Lily?—ella la miro de arriba a abajo, no parece que le gustará.

-Te ves bien—respondió con indiferencia—a qué hora pasa por ti Severus?—Se sentó en su cama. Parecía hablar con celos, Petunia la miro sin entender muy bien pero no cambio su rostro

Petunia EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora