capitulo 1

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Acomodo mi cama,pongo los cojines de colores en su lugar,doy un par de pasos atrás repasando mi habitación.

Mis paredes de color azul con una rosa,mi cama ahora ordenada yace frente a mi,el armario un poco—muy— desordenado y mi mesa de dibujo con el montón de papeles encima,no se ve tan mal...lo dejaré así,el orden puede esperar otro mes.

Suspiró,una pequeña sonrisa crece en mis labios.

Espero,no la regué hoy.

Abro la puerta de mi cuarto con algo de pereza mirando la sala donde en una mesedora se encuentra mi abuela, tejiendo otro de sus suéteres de lana.

—buenos días linda.—hablo mientras besaba mi mejilla.

—buenos días abuela,¿como dormiste?.—respondi sentando me en uno de los muebles de color crema que se reparten en la sala.

—como un bebé, uno con canas muy lindo ¿no crees?—sonrei con ella—¿y tu?

—bien—levanto los hombros por unos segundos restándole importancia,su sonrisa se tensa pero no dice nada  —¿los chicos aún no despiertan?.

Negó con la cabeza sin apartar la mirada de las agujas, observé por un largo momento el movimiento hipnotizante de el hilo tomar forma,parpadee un par de veces saliendo de mi ensoñación, diciéndome a mi misma que no debía dormirme hasta la noche, así que me levante de el cómodo sofá color crema,amarre mi cabello en un moño desaliñado.

—buenos días gente—saludo Cristal.

Di un respingo por su repentina presencia
Y Vi como su cuerpo se desplomó en el sofá dónde antes me encontraba cómodamente sentada.

Siempre con esa energía mañanera.

—buen día—saluda mi abuela.

Sonrió,voy a la cocina por algo de comer,mi gata está recostada en la encimera,en cuanto la veo me hacerco a ella y le acaricio la cabeza ella, me mira como diciendo

oh,no.de nuevo tu, fastidiosa.– y yo la veo como

ay,te amo.

—hola cosita—pase mi mano por su pelaje,y cerró sus ojos.

Me miro con rencor, además la empuje para que se levantará.

Bueeeno,tengo que aceptar que si soy un poco fastidiosa.

Encendí la radio y empezó a sonar una canción, mientras hacia el desayuno cristal entro en la cocina a meter mano en la mezcla de tortitas le di un manotazo y se quedo tranquila.

—¿no puedo pro...?

—no.

—oh,vamos no seas amargada Zusu,un poquito y ya.—trato de meterle un dedo a la mezcla pero le di otro manotazo.

—primero no soy una amargada—sonrei pero mi sonrisa se borró cuando tuve que darle otro manotazo—segundo no me digas Zusu,y terce...¡Deja de materla mano pesada!.

Ella ríe y yo suspiro—Tercero usted hoy se hará su desayuno.

Iba a meter la mano pero se detuvo—¿eh?,¿por qué?

Cielo DefectuosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora