𝐋𝐈𝐄𝐒 𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐄𝐓𝐑𝐀𝐘𝐀𝐋𝐒 || MARTIN ØDEGAARD ||

XXXII

— Marcus...

— Fernanda, responde mi pregunta.

— Ese tema no te tiene porque importar, ¿sí? — Ahora, es Martin quien sale de la habitación.

— ¡Eres un imbécil! — Marcus intenta golpear al futbolista noruego, pero logra esquivarlo.

— ¡Qué carajos te pasa, Rashford!

— Sarah no merece a alguien como tú, imbécil

— ¿Se lo dijiste? — miro a Fernanda muy enojado.

— Él nos escuchó, idiota. Aunque, siendo sincera, me alegra que lo sepa, así más personas se dan cuenta de la porquería de persona que eres.

— Nadie de ustedes se lo dirá a Sarah.

— Yo se lo diré. — exclama el inglés.

— ¡NO! — Fernanda los mira a ambos. — Ninguno va a arruinar la fiesta de cumpleaños de mi abuela. Mantendrán la boca callada por unas horas más, ¿entendieron? Ahora, bajen y actúen como si nada de esto hubiera pasado.

— Fer, no puedes pedirme eso.

— Si puedo Marcus y lo estoy haciendo, solo háganlo hasta mañana. Para ese entonces, el tiempo límite de Martin correrá. Ahora, bajen. — ordena.

Al final, Martin y Marcus no tienen otra opción, ambos son los primeros en volver al jardín, Fernanda lo hace al final y de inmediato se acerca a su novio.

— Marcus lo sabe, Dani. — le susurra sin que nadie pueda escucharlos.

— ¿Qué?

— Marcus sabe que Martin engaña a mi hermana.

— ¿Qué? — intenta disimular su sorpresa. — ¿Cómo? ¿En qué momento?

— Escuchó toda la conservación con Martin, esos dos casi se pelean allá arriba, los logré detener antes de que alguien se diera cuenta.

— Debiste decirme, así subía a ayudarte.

— No te preocupes, estoy bien. Logré convencer a Marcus en que no dijera nada, tan solo hasta mañana, que fue el tiempo límite que le di a Martin.

— Fer, esto se pondrá intenso cuando Sarah y tu familia se enteren.

— Lo sé, como le dije a Karol, capaz, mi padre le destroza la carrera a Martin.