🔥RÍOS BERNAL🔥

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Victoria y Heriberto iban a cumplir un año de matrimonio, se casaron meses después de Max y María, y vivían en una mansión que habían comprado.

A pesar de los turnos de Heriberto y el apuro en la casa de modas de Victoria, siempre tuvieron tiempo el uno para el otro.

Victoria y Heriberto podrían decir que estaban viviendo un sueño, un amor surrealista, ni siquiera con sus ex compañeros se habían sentido así.

Eran casi las 7 de la noche y Heriberto estaba en su oficina en el hospital, llevaba dos días de servicio, a pesar de que le gustaba mucho su profesión y ayudar a las personas, extrañaba mucho a su esposa. No había estado de servicio tanto tiempo desde que se casaron.

Sus pensamientos fueron desviados por una llamada, y cuando vio la foto de la persona en la pantalla, sonrió ampliamente, era su reina.

Heriberto: Hola, mi Reina. Estaba pensando en ti. - Suspiró enamorado y giró la silla hacia el lado de la ventana.

Victoria: Hola mi amor, te extraño mucho. - Dijo un poco triste.
- ¿Esta muy ocupado?

Heriberto: Yo también te extraño, amor. - Sabía que estaba triste. - No estoy muy ocupado, ¿por qué la pregunta?

Victoria: Por nada. Mi amor, necesito colgar, ¿de acuerdo? Después hablamos.

Heriberto: Está bien. Besos mi amor.

Se despidieron y Heriberto guardó el celular, se sorprendió con esa llamada rápida de Victoria...ay Victoria esa mujer le volvía loco, era tan perfecta, y sonrió a medias mirando por la ventana.

Llamaron a la puerta.

Heriberto: Puedes pasar. - Dijo sin dejar de mirar por la ventana.

Victoria: ¿En qué está pensando tanto el doctor Ríos Bernal? - Entró, cerró la llave de la puerta y caminó hacia él.

Heriberto: Vicky... amor...- Dijo sorprendido y abrió los brazos aún sentado y ella se sentó en su regazo y lo agarró por el cuello besándolo, él se aferró a su cintura. Se besaron llenos de fuego, parecía que hacía meses que no se veían, pero solo hacía dos días, dos días que esta pareja fogosa no se veía. El beso solo terminó por falta de aire.

Victoria: He estado extrañando tus besos. - Ella apoyó la cabeza en su hombro jadeando.

Heriberto: Amor mío, ¿no pudiste con la nostalgia y viniste a verme? ¿No puede soportar pasar mucho tiempo lejos de su marido? - Se rió y la besó en la frente.

Victoria: Es tu culpa Heriberto, me acostumbré mal - Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos. - Estoy adicta de ti y ahora no puedo pasar ni dos días lejos de ti mi amor.
- Dijo haciendo un puchero.

Heriberto: Mi vida, no hagas puchero que me enamoro más. - Le dio un besito. - Yo también no podía soportarlo más. - La apretó entre sus brazos. - Me acostumbré a ver tus hermosos ojos verdes cuando me despierto y cuando me acuesto, y me muero por hacerte el amor. - Él la miró con deseo y la besó con deseo.

Sus lenguas bailaban a un ritmo rápido y ya no les importaba estar en un hospital.

Ella se levantó de su regazo y él no entendió.

Victoria: Quiero que mires algo. - Se quitó el vestido. - ¿Cómo estoy, mi amor?

 - ¿Cómo estoy, mi amor?

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