El enfado inundó todo su ser, bufando y gruñendo de la ira que lo recorría al salir volando de aquella casa en la cual se había encontrado. No podía evitar el temblor que recorría su cuerpo, el miedo que invadía su ser al sentir cada vez más cerca el ki de Freezer, aquel ser que era su pesadilla desde que era sólo un mocoso, que transformó todos sus años en un infierno.
¡Maldición!, ¿acaso el alfa no había derrotado a aquel pirata espacial? ¿no dijo en su mensaje, cuando se reusó volver al planeta, que todo salió bien?
El temor lo invadía, nublando un poco sus sentidos, pues aunque entrenó lo más que pudo en el espacio exterior, realizando su búsqueda por el alfa, su poder seguía siendo poco en comparación a Freezer, agregando claro el detalle de que este no iba solo a la Tierra.
Sintió como se le unían las demás sabandijas, aquellos amigos del alfa idiota que no pudo cumplir su labor. Los sentía a su alrededor, tras él, pudiendo notar que iban temblando, pues tenían tanto miedo como él, pensó mientras aterrizaban finalmente en un lugar desértico, aunque claro, la verdad era que él estaba mucho más aterrado que todos.
Él sabía de qué era capaz de hacer Freezer, ahora que estaba molesto por las condiciones en que seguramente el alfa lo abandonó en Namek creyéndolo muerto.
Caminaron intentando ocultar su ki, para que no fuesen descubiertos tan rápido por el pirata espacial, pues aunque no podía detectar su presencia como ellos podían, aún estaban aquellos rastreadores.
Finalmente llegaron a donde estaba aquella nave espacial, donde se podía ver que el pirata espacial ya había hecho su descenso de su transporte y tenía su cuerpo metálico, con aquellas partes que le faltaban hechas de metal, siendo que Vegeta gruñó con suavidad. Sabía que no podría ni luchar contra Freezer ni contra el padre de este, pues aquel pirata espacial había llevado a su padre a la Tierra, seguramente a destruir todo.
No pudo aguantar más, sabía que iba a morir de todas formas y aunque su cuerpo estaba temblando de miedo, sorprendió a los terrícolas al emprender vuelo hacía Freezer, pero los insectos escondidos y el pirata espacial quedaron sorprendidos al ver como frente de Vegeta, que estaba por llegar donde Freezer, aparecía de la nada Kakarotto, aquel alfa que tenía ese gesto tonto en su rostro al ver a Vegeta sano y a salvo, pues logró aparecer justo para interrumpir cualquier pelea que el omega quisiera llevar a cabo.
— Hola Vegeta — Le dijo con una sonrisa boba. La mente del alfa le decía que había extrañado demasiado a aquel guerrero sayayin, seguro era su instinto de alfa que le decía que debía proteger a Vegeta, que debía estar siempre con aquel hombre, aunque él no entendía las razones de por qué sentía aquellas cosas, no estaba en su lógica, después de todo él tenía su propia familia, pero no sentía aquello, esa necesidad por ellos.
— Estúpido Kakarotto — Le gruñó el príncipe de los sayayin, sintiendo como su cuerpo temblaba, pero esta vez no era por el miedo que le había dado Freezer, sino que era por tener a aquel tonto Alfa frente a él.
Alfa que volteó finalmente a ver a Frezzer, aquel pirata que había ido a la Tierra a destruirlos y había forzado a Goku a llegar antes, haciendo que usara su teletransportación, una nueva técnica que fue aprendiendo durante esos meses que no estuvo en la Tierra, aquellos meses en que Vegeta lo había buscado por gran parte del universo, pero no pudo encontrarlo.
En ese instante el alfa sólo fijó su mirada seria en Freezer, ese ser que una vez ya asesinó a Vegeta frente a sus ojos y su mente le decía que por nada del mundo debería permitir que aquello volviera a repetirse.
— Te di la oportunidad de marcharte, Frezzer — Le dijo como si nada mientras lo observaba de una manera seria, flotando, viendo como el pirata había ido acompañado por muchos ahora, pero que realmente no serían nada para la fuerza que Goku tenía en ese instante como un súper sayayin, cosa que molestaba dentro de sí al omega, después de todo en aquellos meses no había logrado transformarse, ni alcanzar ese gran poder que sintió emanar del alfa antes de aparecer en la Tierra, hace ya más seis meses.
— Fuiste un idiota incrédulo, ahora destruiremos este planeta y a sus insignificantes habitantes, sayayin, partiendo por ese patético omega. — Habló Frezzer como si nada, pero nuevamente estaba ahí aquella palabra. Esas palabras que Goku había escuchado, lo de ser un alfa -como lo nombraban a él-, un beta -como Vegeta y Raditz se habían referido a Gohan- y finalmente un omega, como se referían a Vegeta que únicamente gruñó detrás de Kakarotto.
Podía observar por el rabillo de su ojo que Vegeta únicamente miró de mala manera a Frezzer por lo dicho, por referirse a esa manera a él como si fuera un insulto.
No, no dejaría que tocara a Vegeta nuevamente, el instinto se lo decía, que debía proteger al príncipe por un motivo en especial.
Aunque claro, no sabía realmente bien por qué, pero en ese momento únicamente se preocupo de derrotar a Frezzer y a su padre, además de los secuaces que fueron involucrados en aquella batalla, para que no destruyeran la Tierra, ya después podría hablar sobre Vegeta sobre aquellos nombres que les solían dar a los sayayin.
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Un único deseo
FanfictionSiempre había odiado aquella condición que su naturaleza le había dado, por eso a penas supo de las nombradas esferas del dragón se dirigió a la Tierra para cumplir su deseo.