Envidia

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Como aquel cielo que se ve a la distancia, es aquello que no puedo tener por corresponder a lo que en verdad soy. Mientras muchos alcanzan aquel estallido en los cielos, yo caigo en desgracia de no tenerlo. Me engañare pensando que en mi deceso alcanzaré la felicidad, que tendré más y a su vez seré tan dichoso, igual que quienes reciben las bendiciones de ser libre. 

Y entre tanto, los amores del cielo siguen corriendo de un lado a otro esperando ser la tentación del hombre, trozando los relieves de nuestras esperanzas, haciéndonos llorar como niños, y nosotros aguantamos la cabeza hacia arriba esperando un pedazo de bondad, bondad que tal vez, en ningún día de estos terribles encuentros se haga ver.

Tomaré entre mis manos todas las tierras y por despecho diré que son mías y de nadie más, y cuando Dios se dé cuenta, estaré vendiendo cada pedazo de cada lugar del mundo para engañarme y desquitarme de todo aquello que no puedo alcanzar con este cuerpo.

Y aquellos que siguen arriba, viven entre aires y caricias, no necesitan voltear hacia abajo pues saben que no caerán, que no se desplomarán por el impulso de sus mismas alas. Sobresalen más que el sol y el reflejo de los mares, causando envidia entre los demonios de nuestras cabezas. Ellos son la causa por la que mi corazón no vive feliz, porque entre ellos estas tú, sintiendo la brisa que pasa alrededor tuyo, y cuando esta llega a mí, resulta ser ceniza.

Me subiré a la montaña más alta del mundo para estar cerca de ti. Suena extremo, pero eso es lo que quiero, sentir tu presencia, aunque estés a otro nivel. ¿Por qué te vas cada vez más lejos? no te conformas con sentirte divina y poder tener los cielos para ti. Mira que dentro de mí hay algo que se sigue culpando por no poder hacer algo más humano que lo humano. Que, aunque sienta algo real por ti no puedo tenerte, y entonces, me reservo los deseos en mi pobre corazón, que se destruye entre tanta belleza a alma abierta.

Aunque no de algo entender con estas palabras, me desahoga decirlas porque no se si deseo tu cielo, tus alas, tus aires, tu vida o tu compañía, sintiéndome triste hasta el final.

Del Arte Gráfico: Sciurus et CirensesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora