capitulo 1

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Aquella noche de octubre fue la última en que vi discutir a mis padres, y no me sentí triste, al contrario me sentí sumamente aliviada, amaba a mis padres, pero más a mi padre, él estaba conmigo todo el tiempo... mamá solo eran regaños, todo lo hacía mal y digamos que yo no era su persona favorita en el mundo, así que poco a poco ella fue siendo para mi una extraña, la cual solo me quería a ratos.

Como anteriormente dije, aquella noche fue la última en que discutieron y de un momento a otro, mi padre estaba empacando mis cosas y partimos a la casa de mi abuelo. Toda mi vida vi discutir a mis padres por la misma situación... mi madre salía en las noches sin avisar a donde y papá estaba furioso, aunque jamás la siguió, hasta ese momento, entonces fue que la vio entrar a un lugar de dudosa reputación y lo entendió todo... ella era una bailarina exótica de clóset, y aquella noche mi padre había descubierto ese secreto.

Después de una agotadora noche de viaje en coche, llegamos a la casa del abuelo, estaba del otro lado del país, en las afueras había un pueblecito apartado de la mano de Dios por así decirlo. Era un pueblo pequeño y todo mundo conocía a mi abuelo y a mi padre, así que no fue difícil encontrar su casa.

Cuando llegamos, pude ver la cabaña, era realmente hermosa, tenía una pequeña granja a un costado, y detrás el majestuoso y espeso bosque nos recibían. Papá me había advertido que el abuelo hacía un par de años que comenzaba con síntomas de demencia senil, quizás para ese entonces ya estaba avanzada. Suspiré frustrada, mi padre no había podido llevarlo a casa cuando comenzó con la enfermedad, por mi madre y ella así pagaba a mi padre, escondiéndole su vida nocturna, llena de diversión y amantes.

Al bajar del coche, aspire el delicioso aroma de la madera del bosque, el aire era realmente limpio y me llenaba de aromas indescriptibles. Miré a la ventana, mi abuelo se había asomado y ahora se abría la puerta dejando ver a mi abuelo, con aquella sonrisa gentil que lo caracterizaba, nos dejó entrar y tras dos horas de charla, abrazos amorosos y palabras de aliento por parte del abuelo para nosotros, nos acomodarnos, yo tendría habitación propia, por supuesto el abuelo al enterarse que íbamos, acondicionó el ático para que yo me quedara ahí.

Al caminar a mi nueva habitación, de reojo vi la puerta de la habitación del que había sido mi tío, hacía muchos años que se había perdido en el bosque, en ese entonces él contaba con catorce años y mi padre tenía trece años, jamás volvieron a saber de él, pero mi abuelo jamás perdió la esperanza y aún conservaba su habitación intacta.

Sonreí tristemente, papá me contó que hicieron hasta lo imposible por encontrarlo, pero parecía que el bosque se lo hubiese tragado, pasaron años en su búsqueda pero ni siquiera el cadáver pudieron hallar.

Entré a la habitación y sonreí satisfecha, era pequeña, pero tenía una hermosa puerta de cristal que daba a una terraza, la cual daba al imponente bosque y justo enfrente había un pequeño riachuelo, abrí la puerta y aspire nuevamente ese fresco aroma a bosque, deje mis maletas sobre la cama y comencé a desempacar; tras media hora arreglando aquí y allá, escuché que mi abuelo nos llamaba, salí de la habitación y nos esperaba en el comedor con una sandía rebanada, nos sentamos a comer y tras una amena charla, el abuelo miró al reloj de pared, ahí se levantó emocionado y dijo que era hora de la sorpresa para mi padre, nos miramos confundidos y fuimos con él al pórtico de la cabaña, nos sentamos en las sillas mecedoras y tras varias preguntas al abuelo, escuchamos el ruido de una camioneta Ford, miré y era la camioneta de mi abuelo, pero al conductor no lograba verlo, por el reflejo del sol en el parabrisas, estacionó la camioneta a unos metros del jardín y el abuelo le faltó poco para volar, llevando consigo a mi padre, me levanté y bajé al mismo tiempo que un chico de 16 o 17 años bajaba de la camioneta.

Papá me sacó de mis pensamientos al exclamar algo que no entendí, me acerqué y papá ya iba al interior de la cabaña, el abuelo lo miraba con tristeza y el chico me miraba a mí, como avergonzado, me acerque a ellos y el abuelo me sonrió, pero pude notar que sus ojos se hacían acuosos.

All Nightmare Long (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora