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La luna brillaba con suma intensidad en el oscuro cielo, no había a la vista ni una sola estrella que fuera capaz de poblar la penumbra del firmamento, parecía que la luna no quería verse opacada por nada, ni nadie; aún así, la luna, quien era ahora su única luz, era incapaz de iluminar aquel largo y agotador camino, las farolas de luz cálida reflejaban pequeñas partículas que danzaban al compás de la luna quien hacía su máximo esfuerzo de guiarlos a su destino.

El auto de lujo manejado por su madre iba a gran velocidad en aquella solitaria carretera, un frondoso bosque era lo único que les hacía compañía desde hacía varios kilómetros atrás, el frío viento chocaba contra su rostro mientras observaba con curiosidad aquel gran bosque, una extraña opresión se abrió paso sobre su pecho, era raro.

Había un gran, y sobretodo extraño, sentimiento de amargura extendiéndose por todo su sistema, sentimiento que le robaba suspiros agotados, no era por únicamente el viaje de 6 horas en auto desde su natal Seúl hasta a algún pueblo desolado de la provincia Gyeongsang, había algo en el paisaje que hacía al chico sentirse inquieto, incapaz de disfrutar la tranquilidad de aquel camino desolado y boscoso que los acercaba cada vez más a su destino. Todo el paisaje tenía un aspecto macabro, como si alguna criatura peligrosa se escondiese dentro de el bosque, lista para atacarles.

Ese lugar era muy extraño, podrían llamarlo chiflado pero el sonido de ese bosque no se comparaba al de ningún otro, era anormal, algo demasiado silencioso, peligroso y perturbador sucedía allí dentro, pero no sabía describir el porque dicha imagen evocaba todas esas sensaciones lo único que podía asegurar con claridad era que había algo extraño en ese lugar, tanto que le ponía los pelos de punta.

Jaemin recordaba pequeños fragmentos de las largas vacaciones qué pasó en aquel remoto poblado durante su infancia, casi siempre eran borrosas memorias relacionadas al bosque, sobre cómo jugaba entre los árboles o cómo sentía la libertad recorriendo su sistema mientras corría por el bosque mezclando la sensación del suave césped con la tierra mojada sobre sus descalzos pies. Era fascinante el pensar en cómo a pesar de pasar horas dentro de la frondosidad de los árboles recordaba perfectamente el camino para volver a casa, aún así lo que más le inquietó fue la breve imagen de una extraña figura observándole en el bosque, un escalofrío le recorrió la espalda al pensar en aquel momento, comenzó a mover su pierna con impaciencia, un tic nervioso que había adquirido hace tiempo atrás.

Su psiquiatra le había aclarado que la pérdida o bloqueo de las memorias de la infancia era un mecanismo de defensa ante alguna situación traumática vivida en dicha etapa, y a eso se resumía su infancia pequeñas machas borrosas de su pasado, lo poco que podía recordar era momentos de sus largos veranos rodeado del bosque, según su madre había olvidado todo tras un inexplicable y terrible accidente automovilístico donde salió vivo de milagro.

Sintió la mano de su madre sobre su pierna, el movimiento ansioso había incrementado al punto de ser casi insoportable, observó a su madre quien le sonreía intentando apaciguar toda esa ansiedad, le sonrió de vuelta en forma de agradecimiento, mientras continuó observando por la ventana, aumentando el volumen de sus audífonos, no tenía ánimos para hablar, no cuando "Cigarettes after Sex" sonaba con fuerza en sus oídos.

Recostó su cabeza contra el cristal de la ventana, dejándose llevar por las melodías que resonaban en sus auriculares y le envolvían aún más en el Aura de aquel extraño pueblo, olvidándose por algunos minutos todos esos cambios repentinos e inmensos que le rodeaban, todo a lo que debía enfrentarse de ahora en adelante y por su puesto, de la mirada cansada de su madre, ante la indiferencia de su hijo.

Puede que se hubiese mostrado sereno a la hora de tomar aquella decisión final, sin embargo estaba enfadado o un cuanto menos asustado. No quería ser grosero con la mujer que le dio la vida, ya bastante estaba cargando luego de haberse enfrentando a un largo y agotador proceso legal para separarse de su marido, quien en un intento desesperado de lucir cómo el protagonista de la historia que no mata ni a una mosca, hizo que despidieran a su madre de su último trabajo y arruinó su reputación con incontables publicaciones difamando a su nombre, ante sus ojos su madre era una persona muy fuerte, y si bien había intentando entender todo el sufrimiento qué pasó en Seúl, era difícil para él procesar que debía dejar toda su vida atrás para adaptarse a una nueva completamente distinta, aunque ella debería entenderlo un poco ¿no? No podía esperar que se tomara las cosas de tan buena manera cuando debía verse sometido al infortunio de mudarse al otro lado de el país en cuestión de horas.

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⏰ Última actualización: Feb 18 ⏰

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