Era una oferta justa y tentadora. Y yo sería un tonto si lo rechazara.
- Lo que usted ordene. - dije y le abrí la puerta para que saliera mientras yo la seguía, todos, supuestamente discretos nos estaban mirado y la mayoría con la boca abierta
Llamé al elevador que afortunadamente no tardó en llegar. Sé que no debería importarme lo que estas personas piensen cuando espero pronto no volver a tratarlas jamás, pero aún así sus miradas me incomodaron.
Adoro ser el centro de atención, pero compartir el foco siempre es... interesante.
- Quite esa sonrisa. - La escuché decir pero ni siquiera me dirigió la palabra, bastante ocupada fulminando a los curiosos e inmediatamente mi sonrisa se ensanchó.
- No hay nada mejor que pasar por aquí y llevarse una sonrisa ¿no lo cree?. - Respondí y justo en ese momento se cerró la puerta y Elsa suspiró. -¿Por qué nunca sonríe usted?
- ¿Eso le parece?
- Diría que a todos...
- Me alegra tener mi reputación intacta entonces. - La comisura de sus labios se inclinó ligeramente.
- Aunque ciertamente se ve mucho mejor, creo que aún podemos trabajar en ello.
- Deje de perder el tiempo con sus frases...halagadoras que no lo llevarán a ningún lado. - Sentenció mirando fijamente hacia las puertas, como si eso nos hiciera llegar más rápido.
- ¿No le gustan mis halagos? - cuestioné y ella estiró el cuello más intrigada, haciendo evidente su incomodidad.
- Déjese de eso ¿sí?
- Nop
- Enserio, deje de hacerlo
- ¿Hacer qué? Que yo sepa no es un pecado recordarle a una mujer hermosa lo mucho que lo es-arquee una ceja y ella rodó los ojos con ironía -¿Lo dije o lo pensé?
- Lo pensó. -contestó serena y fruncí el ceño
- No sabe lo que estoy pensando
- ¿Ah no?
- Si lo supiera me hubiera dado una cachetada. -volteó a mirarme indignada y justo en ese instante se abrió de nuevo la puerta.
Me ha salvado la campana.
Salí de un brinco primero que ella y me di cuenta de que estamos en el sótano -¿Qué hacemos aquí?
- Aquí tenemos la maquinaria para las telas - Vi a muchas personas con overoles azules marinos junto a las maquinas
- ¿Ustedes producen todo?- pregunté asombrado y ella asintió.
- Así es, aquí producimos la tela de sus próximos diseños, y confeccionamos todos,- se fue a unos como paneles con vidrios y vi a varias mujeres con máquinas de costura y mucha tela. Un joven pelinegro que era el único con placa en su overol se nos acercó y me di cuenta de que era el encargado de la planta.
- Buenos días Srita. Arendelle ¿hay algún problema?- preguntó con una tensa sonrisa.
- No Erick, solo venía a mostrarle al nuevo diseñador las instalaciones de la empresa. -el chico me examinó por un momento, como si no creyera sus palabras pero estuviera lo suficientemente asustado para preguntar.
- Un placer...
- Jack, el gusto es mío Erick. -Le sonreí entonces y le estreché la mano.
- Con su permiso, tengo que revisar el nuevo lote. -se apuró a desaparecer entre las máquinas, no queriendo quedarse más tiempo.
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(Jelsa)..."Enamorada de mi diseñador"
Fanfic-¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? -Vengo por el trabajo -¿El de diseñador? -¿Eh?...oh...am...s-í -Entiendo... entonces ¿eres gay? Por obra del destino Jack Frost llegará a las empresas Arendelle como diseñador....el problema es que ¡No sabe nada de...