Antes de que Luzbel haya recibido el castigo de estar encerrado en las penurias de las almas abandonadas; había descubierto las cosas más celestiales de los seres humanos; aprendió lo que es amar más de los límites y no es el amor a Dios, sino el am...
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Mateo 7:15
ETON BERKSHIRE, INGLATERRA. RESIDENCIA 'S'. A 1,4 km DE SLOUGH.
Septiembre, 24 de 1990.
— El mal está entre nosotros, siempre lo ha estado— Castiel frunció el ceño al escuchar eso, le iba a dar dolor de cabeza si seguía barriendo entre tanto calor— Es por eso que el arcángel Miguel encerró al diablo en el infierno sin oportunidad a salir de allí; pero hay demonios entre nosotros qué se distrazan de humanos. Yo los llamo ángeles caídos. Fueron aquellos que se revelaron contra Dios y que recibieron el castigo de vagar por la Tierra eternamente sin el privilegio de tener poderes celestiales.
— ¿Como podemos diferenciarlos de nosotros, maestro?— preguntó uno de los seguidores de quien predicaba en voz alta.
— No es fácil— respondió misteriosamente— algunos hicieron un pacto con el diablo para tener una gran fortuna, es por ello que viven una grandiosa vida. Y otros sufren todos los días por su gran error— había muchas personas que escuchaban con atención y que terminaban reaccionado de forma exagerada a cada palabra dicha.
— Lo que daría por ser un ángel caído— murmuró Castiel, quien escuchaba al predicador desde el otro lado de la calle. Él estaba afuera de la residencia 'S' cumpliendo su castigo por no querer decirle a los capitanes de casa el paradero de BaekHyun— De todas maneras no me iban a creer si les dijera que BaekHyun está en el cielo y no ha vuelto desde anoche.
— ¡Debemos tener a Dios en nuestros corazones y eliminar al diablo!— sentía su cuerpo entumesido y sus músculos no tenían la intensión de ayudar, lo último que quería escuchar era a un falso predicador levantando la voz con estupideces en plena luz del día, así que gritó lo primero que se le vino a la mente— ¡Dios es nuestro salva...
— ¡Ya cállate!— de pronto todo el mundo hizo silencio. Miró al frente buscando el motivo y vio al predicador con la boca abierta y la mano hacia arriba, las personas estaban completamente quietas, los automóviles dejaron de recorrer la pista y las aves se quedaron inmovilizadas en el cielo.
— Dios, Dios, Dios. Dime por favor que no hice eso— cerró los ojos con miedo y volvió a abrirlos esperando que todo volviera a la normalidad, pero el tiempo seguía parado— Mierda si hice esto— maldijo con desesperación. ChanYeol lo iba a matar, si es que Dios no lo hacía primero por interferir en su mundo— No fue mi intensión, lo juro— habló mirando al cielo— Ni siquiera tengo control de esta cosa— señaló el sello en su muñeca. Estaba en completa desesperación hasta que algo llamó su atención aparte de su propio lamento, más bien alguien.
— Por fin un poco de silencio— escuchó levemente; volteó la mirada rápidamente esperando encontrar al que dijo esas palabras. Pero lo que vio lo dejó más sorprendido que tener a todo el mundo inmovilizado— Hola Castiel.
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