Lucidez

10.

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21/02/2023
Ese último verano
en el que nos perdimos en el bosque
escondiéndonos de nuestros demonios
en el que atrapamos mariposas
y jugamos con los duendes
ese verano comencé a extrañarte,
en ese exacto momento,
en ese eterno instante,
en el que nos echamos a dormir en la arboleda silenciosa.
En el silencio intenté cuidarte con mis ojos,
te vi dormir,
y yo deseé profundamente
que tu respiración no se apagara,
mientras yo intentaba mantenerla viva con mi mirada.
Fue un tiempo después cuando me di cuenta,
que el bosque me susurraba algo,
entre viento y quietud,
en los rayos del sol que se asomaban a abrazarnos.
Me advertían que poco tiempo nos quedaba,
que se avecinaba la tormenta;
Aún no lo sabía,
tu respiración realmente estaba apagándose lentamente.
Y en esa palpitación imprevista,
en ese pequeño presagio fatídico,
insignificante, débil, infantil,
había un mensaje celestial.
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