I : Amenazas.

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Nota autora

Hola lectores, una nueva historia para ustedes.

Aclarando qué:

• La línea de tiempo se plasma después del juego de ajedrez de Zelda y Faustus.
•Constance no va a estar muerta, y nunca estuvo embarazada.
Prudence no es hija de Faustus.

Disfruten de la lectura.

Como era costumbre en la mansión Spellman, la matriarca de tan poderosa familia de brujos, se encontraba en su habitación, frente a su espejo recordando lo maravillosa que ella es y será siempre

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Como era costumbre en la mansión Spellman, la matriarca de tan poderosa familia de brujos, se encontraba en su habitación, frente a su espejo recordando lo maravillosa que ella es y será siempre.

Toda su vida a sufrido de trastornos alimenticios, depresión y severa ansiedad. Enfermedades que con su fachada de perra malvada nunca salían a flote, Satán no quisiera que alguien la viera como ella realmente se sentía.

Sabemos lo difícil que es para una mujer, que toda su vida a sido el ser perfecta, verse embarazada, frente a un espejo. Como en pocos meses había aumentado aquellos kilos de más de los que siempre procuró deshacerse.

Pero no sé arrpentía de nada, no le importaba si su cuerpo ya no era el mismo de antes, su hermosa hija valía la pena, ella valía el haber perdido aquella perfección.

Pero seamos sinceros, de cualquier forma, Zelda Spellman siempre será un ícono de sensualidad, poder y perfección.

— Cariño — Hilda llamó a la puerta de la habitación de su hermana — el Sumo Sacerdote esta aquí, pidió hablar contigo.

Zelda expulsó el humo de su boca, apagó lo poco que quedaba de su cigarro, prendiendo otro enseguida, se levantó no sin antes mirarse en el espejo de su tocador, asegurándose que se encontraba impecable, como siempre.

Salió de la habitación y bajo las escaleras, yendo directamente a la sala, dónde supuso bien que estaría el hombre.

— Oh hermana Zelda, siento mucho irrumpir en tu hogar sin antes avisar, pero me gustaría hablar de un tema en específico — comenzó con rodeos el padre Blackwood.

Directo al grano Faustus — dijo Zelda dando una gran calada a su cigarro y expulsando el humo.

— Nuestro señor oscuro me ha revelado... — se levantó de su asiento, acercándose a Zelda — Que debo tener un heredero y como sabrás Constance no ha podido concebir hijos. Pero tú mi querida hermana, tengo conocimiento que aún puedes tenerlos — habló mientras señalaba la pequeña cuna de Evangeline.

Su bella hija y de quien fue el gran amor de su vida, la pequeña nunca fue puesta al ojo del aquelarre, de hecho muy pocas personas sabían de su existencia.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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