Aún no sé dónde comienza esta historia realmente, con la caída del ángel o la del peregrino que buscaba ayudar.
Comencemos por el nuevo ciclo.
Para efectos prácticos, este será solo un ciclo, a pesar de que fueron varios juntos, no tiene mucha relevancia ello, ya que la separación no es clara. Sigamos. En este ciclo, estaba la mayor catástrofe de todas: el mundo se hundía en desesperación y miedo debido a algo que no se imaginaban cómo una cosa tan pequeña pudo ocasionar un caos tan grande. Por mi parte, estaba dándome mi tiempo para pesar y reflexionar. No estaba en un buen estado, que digamos, sino el peor que tuve hasta el momento, pero gracias a ciertos factores, me fui mejorando y sintiendo mejor conmigo mismo. Hice que mi cuerpo llegara a un buen estado físico, entrenando diario para evitar la presión de lo que sucedía en mi entorno, y dejé destruirme con sustancias para olvidar los problemas. Y así fue todo el ciclo. Si más no, no tenía mucha relevancia en sí lo que hacía.
Y con respecto al ángel, ya no sabía mucho de ella. Sólo era como un pequeño estallido que aparecía para hacer presencia. Acepto que la extrañaba muchísimo, pero a pesar de mis ganas de verla, no se podía hacer nada. Sólo tenía que esperar y seguir en este ciclo de encierro. En la mitad de este ciclo, tuve la oportunidad de ver al ángel, y no fui solo. Estaba el grupo de aquel ángel. Me acompañaron en esa travesía, y fue bastante bueno. Se sintió un pequeño brillo entre tanta frustración, y yo pensé que eso significaba que aún podía seguir conviviendo con el ángel, pero ¡qué ingenuo soy! Pues después de esa vista fugaz, no supe más de ella. Otra vez, seguí en mi ciclo de bebidas dañinas y entrenamiento. Sin más, no tenía más que hacer, porque lo que me había dispuesto a hacer, lo dejé momentáneamente por no estar bien conmigo. Ya se estaba acercando el fin del ciclo, y en ese pequeño transcurso, apareció una pequeña estrella que quería que viera su brillo. Yo, segado aún por el dolor, no me di cuenta de ello. Sólo la usé para sentir algo en ese tiempo que no tenía mis sentimientos claros. Y de allí terminé todo con esa estrella, pues no volví a saber de ella de nuevo. El fin de este ciclo es curioso, porque la razón por la cual termina fue que hubo una utopía de mundos, la cual hizo que todo se descontrolara. Me recordó a ciclos pasados que algo así surgió, y no se volvió a remediar. Debido a esa disputa, pues el camino con los que viví encarcelado se desvió o simplemente tomó otro rumbo momentáneo, y así acaba el ciclo.
Un año después de la catástrofe aún seguía en pie sin rendirme ante la desesperación. Pensé que si seguía intentando tarde o temprano iba a llegar, pero no fue así... Comencé lo que me había propuesto hace un año, pensando en que perdí tiempo, pero valió la pena, ya que ese tiempo perdido fue el momento perfecto de reflexión y encuentro conmigo mismo. Ya tenía cien por ciento decidido lo que quería y no iba a cambiar de opinión. Logré cumplir el primer objetivo, pasé el primer ciclo, nada fuera de lugar, todo dentro de lo cumplido, pero en el pequeño transcurso de pasar de un ciclo a otro, pues decidí ir de visita donde el ángel a ver cómo estaba y si aún podía convivir. Pero fue desgarrador, no creo haber elegido la mejor circunstancia para ver al ángel. Tampoco actué de la forma que debía, estuve un poco desesperado en ese momento y, en un acto de intensidad, el ángel me atacó. Me lo merecía, no entendía las circunstancias de aquel momento, solo pensé que actuando iba a pasar algo, pero no fue así. Sí cometí el terrible error de hacer las cosas sin pensar, en ese momento no me di cuenta, y al despedirme del ángel con esa sensación fría y desastrosa, caigo en lágrimas mientras caminaba hacia mi propio abismo. Parte de mí sabía que nunca debería haber hecho eso, pero no puedo evitar estar sin hacer nada. Es frustrante para mí. Decido terminar ese ciclo yo mismo y comenzar el siguiente a ver si iba mejor.
Luego de tanto caos, siento que este ahora es el ciclo de la tranquilidad, a pesar de mantenerme enjaulado. Estaba haciendo lo que me gustaba y lo disfrutaba muchísimo, no tal como quería, pero sí como lo consideré. Al comenzar, me reencontré con una de las entidades más importantes para mí, esa que, a pesar de todo, no me abandonó. Aún podía contar con ella sin importar qué. Entonces la vi, y ella no se dio cuenta, pero su mera presencia terminó con el ciclo de dolor que cargaba dentro de mí. Gracias a esa deidad, me sentí libre por fin. Su sola presencia me trajo a la vida, y es que no tuvo que hacer nada, solo me dio un motivo para seguir. Gracias, deidad.
Y así continué conmigo en un mejor estado y haciendo lo que me gustaba. Lo disfrutaba de una manera increíble. En ese transcurso pasaron cosas buenas, aparte de haberme encontrado con esa deidad, volví a ver a quienes siempre estuvieron conmigo, ese grupo de colegas como cometas que aún seguíamos en contacto, pero no nos podíamos ver. Y gracias a una buena organización, fue un recuerdo magnífico. También empezó a ser más constante una creación que hicimos, un espacio de desahogo y convivencia que teníamos. Allí le empezamos a dar uso más constante y cada uno fue despejando su mente de todo el caos que pasó. Yo seguí con mi pasión y comencé a ver pequeñas escalas de lo que sería si seguía así...
Nos hemos olvidado completamente del ángel, bueno, no realmente... Ya para finalizar este ciclo de la mejor manera, fui a reunirme con el Ángel. No estaba seguro de cómo iban a ser las cosas luego de la última vez, solo que esta vez no actuaría sin pensarlo. El Ángel tenía su propia estrategia para mantener a pie su tranquilidad y decidí cooperar con ello, y estuvo bien. Su método para relajarse era bueno, no solucionaba el problema, pero hacía mantener la calma. Cuando decidimos terminar, el método de calma se empieza a revelar los sentimientos. Nunca sentí actuar de la forma más serena y comprensiva del mundo, solo revelaba cada parte de mi sentir. Y es allí donde el Ángel por fin cuenta cómo se sintió, cómo lo que quería al final no fue así y optó por hacerlo de otra manera. Como la presión de tener que hacerlo bien se la comía por dentro y aun así seguía. También estaba mal y sentí de la peor manera, seguirá luchando con sus propios demonios, pero por un momento me hizo sentir bien que por fin haya dicho la verdad. Era lo que necesitaba.
Este podía considerarse el final de la historia del Ángel, pero aún siento que algo está incompleto, un cierre el cual no se ha dado todavía. Sigo pensando en el Ángel, a pesar de ya no estar con ella. Pero ya sé que está bien, siguiendo su camino, y yo el mío, a pesar de que aún la amo, ya la tuve que dejar ir...