En el pueblo de Derry existió un loco asesino. Desapareció a montones de humanos, uno trás otro, cada 27 años. Todos siendo olvidados con el tiempo.
La mayoría eran inocentes niños, entre ellos una mujer. Y ante su fallecimiento, dejo a una su joven...
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No soporte ver esas heridas, me encantaba el olor de su sangre, era mejor que la de cualquier otro humano, pero no, alguien avía provocado que esa exquisita sangre saliera de sus rosadas y pequeñas manos. Y ese no fui yo, no permitiría que un estúpido se atreviera a lastimarla.
Solo yo podía hacerlo.
Estaba a punto de dejarla ir, pero esto no se quedaría así - Claro que me incumbe - la tomé está vez del ante brazo - No dejaré que alguien más te lastime -
Ella se quedo viéndome, ignorando que dije alguien más. Pude ver cómo sus ojos se ponían brillosos, y su rostro ahora demostraba sorpresa.
Pero sentí algo, ese cosquilleo en el estómago de nuevo. Y oia algo palpitar fuertemente.
Ni siquiera me di cuenta cuando lo hice, fue un impulso estúpido, pero la abrace, ¿O fue ella? No... Si fui yo, pero ella estaba tiesa, no se movía, segundos después seguía sin mover un solo musculo, entonces me aparte.
Eso es lo más incómodo y estúpido que e hecho. Retrocedí, quería hablar pero no podía, espere a que ella lo hiciera, pero en lugar de eso se fue.
Me sentí indignado (O triste)solo me arriesgue y humille. Estaba avergonzado, pero no quería aceptarlo, es de las primeras veces que quiero... Darle mi apoyo a un humano... Y solo me rechaza.
Y yo soy el malo.
- Narrador omnisciente -
Mientas que ella se arrepentía. Se arrepentía y sentia tristeza de que su orgullo le impidiera dejarse querer. Y le asustaba, sentía terror de que alguien la hiciera sentir como en las nubes y al final solo terminará alejándose y traicionando la.
Uno de sus mayores temores era el rechazo, asi que ella prefirió mil veces antes rechazarlo antes de que el lo hiciera.
Aunque quería abrazarlo y decirle que era lo más amable y lindo que alguien le dijo en toda su vida de porquería, que eso de verdad la hizo sentir especial y amada, lo que su ni siquiera su propio padre lograba transmitir en ella.
Pero de nuevo el orgullo y miedo. No la dejaban confiar y solo lograba que su propia mente la hiciera sentir una basura. Y sin querer aceptar lo sus inseguridades crecían.
Y todo eso lo cobraba con su cabello, lo que antes era una linda y muy larga cabellera, se volvió en, el reflejo de su estado emocional.
Era alborotado, mochado y enredado. Pero eso de alguna manera la hacía sentir mejor, a exposición de las veces que su madre lo cortaba. Eso hacía que ella la odiara cada vez más. No soportaba que alguien más tocará su cabello.