"Una princesa es pura, dulce, educada... pero gradualmente, la cantidad de caramelos predispuestos en la mesa se vuelve tan insoportable que sólo un remedio parece ser la respuesta.
Las princesas no deberían calentar un horno, pero los príncipes pie...
Según yo, iba a tardarme más en publicar esta cosa porque tengo otros 4 libros pendientes, pero aquí me tienen con Night Watch de nuevo nopuedeser 🤡.
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Leo Beck esbozó una sonrisa cálida y abrió la puerta de par en par, dejando ingresar al más nuevo de los cazadores.
Ithaqua se removió discretamente, preso de la incomodidad por tanta actitud hospitalaria, pero no dijo nada y aguardó a que el Hell Ember hablara.
—Bienvenido muchacho, estábamos esperándote.
—¿Esperándome…?
—Claro, no podíamos cenar sin ti. Pasa al comedor, debes estar cansado del viaje.
Leo no pudo evitar ofrecerle un par de palmadas en la espalda, invitándolo a entrar, por lo que Night Watch obedeció y caminó de la manera más silenciosa posible, sólo traicionado por el sonido del repiqueteo de sus zancos.
Ambos cazadores atravesaron el vestíbulo para llegar al comedor, en el que reinaba una atmósfera casi tan bulliciosa como la del lado de los sobrevivientes. Los Pepper y el Patroller se encontraban sirviendo la comida, la cual dejaba salir estelas de vapor y un aroma de lo más apetitoso.
Ithaqua miró de un lado a otro, analizando todo su entorno en el más completo de los silencios.
Antonio se encontraba tocando de manera descuidada una pieza romántica, mientras que Robbie y Yima jugaban a trenzarle el cabello. Burke bebía algo de ron y le cambiaba el aceite a Bonbon, y Luchino alimentaba con insectos a un par de lagartijas que cuidaba como mascotas, las cuales tenían por hogar un pequeño terrario lleno de plantas. La misma historia se repetía con Ann y su gato.
Mary y Joseph bebían algo de té, y no paraban de despotricar sobre los paletazos que habían recibido en el día, charla a la que pronto se unieron Michiko y Fan.
El resto de los cazadores todavía permanecía en sus habitaciones, pero Robbie no tardó en ir corriendo para llamarlos y así cenar todos juntos. Cuando estuvieron listos, Leo hizo sonar una copa con ayuda de una cuchara y se aclaró la voz antes de hablar.
—Como saben, el anfitrión nos informó de que muy pronto llegaría un nuevo integrante a nuestras filas, y él finalmente ha llegado el día de hoy. Recibanlo con los brazos abiertos y traten de ayudarlo lo más que puedan, ya saben lo difícil que puede ser a veces el ser el recién llegado.
Las miradas se fijaron en Ithaqua.
Él suspiró muy suavemente, se levantó de su silla y asintió con la cabeza a modo de saludo, después añadió.
—Night Watch, un gusto conocerlos.
—Ese es tu alias, jovencito. Lo que queremos saber es tu nombre— dijo Mary, sosteniendo su taza de té con una increíble delicadeza mientras sonreía.
Todos ya sabían su nombre por la carta del anfitrión, pero a la reina le gustaba mucho la cortesía, y el muchacho no tuvo más opción que cumplir con esa expectativa.
