"Una princesa es pura, dulce, educada... pero gradualmente, la cantidad de caramelos predispuestos en la mesa se vuelve tan insoportable que sólo un remedio parece ser la respuesta.
Las princesas no deberían calentar un horno, pero los príncipes pie...
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Cualquier error, tengo sueño, pero mi horario para dormir es una mrda xd
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(T/N) se quedó fría al momento de entrar a la habitación de Grace.
Abundaban todo tipo de ornamentos inspirados en la vida marina y flores del río, pero lo que la dejó al borde del colapso fue que las paredes estaban pintadas de color rosa, y que la ropa de cama tenía bonitos holanes y encajes.
Era similar a su antigua habitación en casa.
Demasiado similar.
Respiró hondo varias veces y apretó a Teddy entre sus brazos, casi que encajando las uñas en la suave felpa del peluche viviente.
«Sólo es… un cuarto normal. Puedo soportarlo por una noche, mañana le mentiré a Galatea para dormir en su habitación…»
Cerró los ojos y corrió al baño para darse una ducha, la cual duró más de media hora porque no quería salir y ver el rosa en los muros, pero se obligó a hacerlo tras vestirse con una camiseta de mangas largas de su hermano y el pantalón de pijama corto con cordones.
Apagó la luz lo más rápido que pudo, se tiró a la cama junto a Teddy y se arropó con las sábanas que olían a lavanda, llegando a cubrir incluso su ojos.
Concilió el sueño con dificultad.
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Un instinto la obligó a mirar de nuevo, su cabeza pesaba y notó que sus muñecas estaban llenas de piquetes de agujas.
Olía a antiséptico mezclado con un chillón ambientador de fresa, que ya tenía impregnado hasta la médula.
El escalofrío se deslizó por su espalda como si fuese una serpiente reptando por la piel, y unos ruidos fortísimos la hicieron mirar a la entrada del cuarto. Se levantó de la cama, dejando caer la manta.
—¡Abre la puerta! ¡No te lo voy a repetir otra vez!— clamó una voz femenina.
Una que incluso podría reconocer aunque tuviera que ir y volver del infierno mismo.
