Prólogo

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*FlashBack* Narrador en primera persona Clara

Lo miraba con cara de asco mientras repetía constante y proclamadamente esas palabras de humillación hacia la dedicación laboral de mi padre -pedazo de engendro- pensaba para mi adentro.

-Y sobre todas las cosas, ¿te pensabas que entrometerte en mis planes no te iba a costar caro? Te asimilaba con un poco más de ingenio.- Soltó con una frescura y frialdad como nunca antes había visto.

-Estás muy equivocado, Oviedo. Ya logré acabar con todo tu circo mafioso, aquí se termina todo.- Dijo mi padre casi con las mismas características que él. A lo que el sujeto soltó una carcajada sarcástica.

-Y como me lo imaginaba, con esto confirmas mis sospechas. Hombre, soy el mafioso, traficante, dueño de cientas de empresas multinacionales, como quieras llamarme; más importante de toda España. Tú y tu clan de inservibles no son nada comparado con mi poder.

-¿A qué quieres llegar?- Dijo mi padre sereno, pero yo noté una chispa de preocupación.

-A que ya estarán llegando mis hombres. Tienen que hacer su trabajo, protegerme. ¿Pensabas que no me imaginaba que harías esto? Este país es sólo una pieza de todo mi rompecabezas. Así que podrás haber arruinado mis planes aquí en Argentina pero no por mucho tiempo. Me las vas a pagar y te arrepentirás de todo. Gracias a ti no sólo pagarán tus inútiles si no también las personas que amas.

-Ni se te ocurra tocar a nadie de mi familia hijo de puta.- Dijo mi padre tenso. Pegándole una bofetada con toda su fuerza y dejándolo inconsciente.

Todos en el lugar se miraron entre sí, mientras el sujeto yacía en el medio del salón postrado en una silla. Por suerte mi padre me sotenía detrás de él con fuerza. Sé que me esperan largos discursos y castigos por haberme escapado del instituto y haber perseguido al hombre, pero si no lo hubiese echo, jamás lograrían encontrarlo.
Ni siquiera quiero volver a recordar la cara de mi padre al verme cerca del hombre ese -por suerte estoy bien, por suerte está mi padre aquí- pienso una y otra vez.

***
En un momento de distracción se oyen golpes en la puerta principal y entra un grupo de hombres con armas peligrosas a las que no debo acercarme.
Los compañeros de mi padre me toman de sorpresa protegiéndome mientras retrocedemos. Los que acaban de entrar son muchos, demasiados para matarlos a todos.
Y yo sé que vienen por el que está en la silla y, en un momento lanzan hacia nosotros una especie de bomba la cual libera un humo verde que nos hace toser y lagrimear los ojos. Los sujetos se retiraron fugazmente del lugar y mi padre quería alcanzarlos pero ya era demasiado tartde.
Inmediatamente salimos fuera del sitio por las puertas traseras de emergencia. Estaban todos enojados, con indignación. Pero por dentro mío yo estaba feliz porque pensaba que se había terminado todo. Y así fue.

*Fin del Flashback*

Entre dos mundos - Gemeliers -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora