Esquivar los ataques era difícil, pero sabía que si se enfrentaba su adversario iba a ganar por fuerza y agilidad, aún así le estaba dando una buena batalla, ambos estaban ya cansados y extasiados, era la primera vez que encontraban a un digno rival, una vez que Dazai había descifrado todos los movimientos de Chuuya, había sido más sencillo todo; era predecible e impulsivo, pero no bajaba la guardia. Por otro lado Chuuya se estaba comenzando a desesperar, su jefe ya le había advertido que hoy tendrían "visitas" Y le pidió que se encargará de ellos.—¡MUERE YA, MALDITO! — dijo. No perdió más el tiempo y le clavó un cuchillo en su abdomen al más alto.
—Vaya forma que tienes para presentarte ante tu futuro dueño. — dijo, agarrando el cuchillo que tenía en su bolsillo y clavándole de igual forma. —¿Sabes por qué yo siempre gano? — murmuró, mientras ambos caían de rodillas.
—Imbécil... Qué diablos... — Intentó hablar, pero el dolor era insoportable, el cuerpo se le iba entumiendo poco a poco, su vista estaba completamente nublada y su corazón no dejaba de latir frenéticamente.
—Tú eres un impulsivo, te confías demasiado y piensas que con tu habilidad ya está todo solucionado, entonces no aprendes a usar el cerebro. No, no, no, no. — comenzó a decir. —Yo estoy siempre a un paso por delante de todos y todo, mientras tú solamente te enfocabas en pelear, yo estaba creando el... —
—Dazai, ya déjate de juegos y vámonos, tengo los papeles. — interrumpió Oda.
—Oda, ¿no ves que estaba haciendo mi papel de villano? Interrumpiste algo importante. — bromeó. Antes de salir tomó a Chuuya del mentón y lo obligó a verlo directamente a los ojos. —No vas a morir, tranquilo, tú serás mío. — y sin más que decir se fue, dejando al menor con una furia inexplicable, ¿cómo se atrevían? El más bajo quería asesinarlo a sangre fría, ¿impulsivo? ¿Qué no usa su cerebro? Definitivamente se guardaría el rostro de su adverso en su memoria para matarlo con sus propias manos, pero ahorita estaba demasiado cansado.
—¡¡CHUUYA!! — escuchó gritar a una chica, mientras se acercaba a él.
quizá... Solamente quizá sí se confío demasiado.
—Hey, Dazai, ¿me estás escuchando? —preguntó Oda, haciendo su mano de lado al lado en frente de sus ojos. —Te noto distraído.
—Si, ¿alguna chica robo al fin tu corazón? —bromeó Tachihara.
—O quizá un chico. — le siguió el juego Mori.
—Por favor, Dazai-san es una persona muy centrada, incapaz de distraerse. — comentó Akutagawa.
—Es un idiota. — finalizó Ango, terminándose su bebida.
—Estaba pensando en la mano derecha del líder de Kanto; Chuuya Nakahara, es muy hábil y siento que nos puede servir mucho aquí. — respondió, tomándole un trago a su bebida y dejándola de nuevo en su lugar.
—Les dije que un chico había robado su corazón. — dijo un sonriente Mori.
—A diferencia de ti, yo sí quiero lo mejor para la Port Mafia. —
—Qué cruel. —
—Pero, ¿no lo habías matado? — comentó ahora Oda.
—No, el veneno es letal en los primeros 10 segundos, después va perdiendo su efecto poco a poco. —
—¿Por eso hablabas? Querías ver si lo mataba o sobrevivía, increíble. —
—Dazai-san, si me permites decir, creo que sería un excelente líder para su próximo objetivo. —Respondió Akutagawa. —Así como lo fue conmigo.
—Ah, se ve que él no obedece ni es tan dedicado como tú, Aku, va a ser difícil, pero tiene potencial. —
La noche finalizó entre risas y un par de bromas más.
finalmente cuando se fue a su habitación Dazai comenzó a trabajar en su plan para atraerlo aquí, fijando cada detalle, primero que nada, le había dicho a Mori que se iba a ir a Kanto un par de semanas y así fijarían dos objetivos de un golpe; traer a un fiel subordinado y por fin acabar con "el rey de Kanto" Apodo que él mismo se dió, nadie sabía su nombre, le decían así por respeto y temor a su mano derecha, sin Chuuya el dichoso rey no era nadie.
—Te dejaré sin tu pieza clave, hundiré de dolor y desesperación a todo tu reino. —
Ya habían pasado 2 semanas desde que dió inicio a todo, se había memorizado la rutina de Chuuya, había entrado a la Mafia de Kanto y escaló demasiado rápido por su astucia y nato liderazgo, nadie lo había reconocido, se había puesto una peluca negra, pupilentes rojos y por primera vez se había quitado sus vendas, se sentía sumamente extraño sin ellas, pero lo recompensaba con pulseras y una gargantilla, tenía piercing falsos e incluso se había hecho amigo de Chuuya.
—ERES UN IDIOTA, ¿NO PUEDES HACER NADA BIEN? —Regañó por milésima vez en el día a Chuuya, dándole una patada para dejarlo sin aliento.
Desde que entró se dió cuenta del maltrato constante que tenía y a menudo se preguntaba por qué demonios no se iba de ahí o le respondía algo, solamente bajaba la mirada y no decía nada.
Le molestaba bastante. Le hervía la sangre.
—Discúlpeme. — Murmuro Chuuya, se notaba que quería llorar, sus ojos cristalizados lo decían todo, sin embargo Dazai no lograba comprender si era coraje o tristeza.
—Lárgate, no me sirves para nada. — respondió su líder.
Ambos se fueron a la habitación de Chuuya, Dazai no sabía si era el momento de preguntarle por qué se dejaba tratar así.
—No me mires así, sé lo que piensas y créeme que tengo razones para dejarlo tratarme así, él solamente quiere lo mejor para mí, debo de ser un excelente líder, no un niño que todavía llora si se le muere un subordinado. — Y ahí otra vez, esa mirada de tristeza y rabia estaba ahí, para Dazai era imposible comprenderla.
—Sin ti, él no sería nada, Chuuya. — respondió, tratando de animarlo un poco. —Incluso la muerte de George no fue tu culpa.
—Yo era su líder, yo estaba a cargo de él, yo tenía que protegerlo. — sus ojos reflejaban el mar azul en tormenta.
Para Dazai eran los ojos más preciosos que jamás había visto, le daba rabia ya que el líder hizo todo a propósito, desde que los mandaron la misión estaba pérdida y solamente mandó a Chuuya para restregarle en la cara que era un mal líder, él lo sabía, pero ¿qué tipo de relación tenían el líder de Kanto y Chuuya? Su curiosidad cada vez era más y cada vez se convencía que necesitaba a Chuuya Nakahara en la Port Mafia.
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stalker >Soukoku<
FanfictionEl cuarto estaba oscuro, La puerta con seguro, el mayor no podía dejar de ver la pantalla mientras escuchaba aquellos gemidos que provenían de los audífonos que tenía mientras pensaba que esto estaba totalmente mal. Ya tenía aproximadamente 3 meses...