El sonido de las agujas del reloj, que estaba colgado en la pared sobre la gran pizarra y enfrente de todos los alumnos sentados, era lo único que se escuchaba en el aula junto al sonido de las hojas de papel siendo giradas y el de los bolígrafos escribiendo sobre estas.
La tensión en el lugar era demasiado incómoda, la estricta profesora de biología se paseaba de un lado al otro procurando de que nadie se copiara de cualquier compañero cerca. El examen estaba siendo más complicado de lo que todos habían esperado y se podía notar por las caras de preocupación, confusión y frustración de los alumnos, pero ahí estaba rodrigo, decidido, rellenando sin siquiera dudar las 6 páginas que formaban el examen.
Eso era para rodrigo relativamente fácil y muchos lo envidiaban por su gran capacidad e inteligencia, refiriéndose a él como un genio, pero lo único que hacía para sacar tan buenas notas era prestar atención en las clases, organizarse y leer, leer mucho sobre el tema que se estudiaba. Ese era su "gran secreto", no obstante dejó que los demás se creyeran sus propias ideas que tenían de él, porque sabía que nunca lo llegarían a entender del todo.
La puerta se abrió de repente, llamando la atención de todos los presentes que se giraron a la vez al escucharla moverse mientras entraba lentamente otra maestra, que al juzgar por su cara, se arrepintió bastante de haber entrado sin avisar al ver que estaban en medio de un examen importante.
—Perdón, profesora, necesito comentarle algo, ¿Podría salir un momento?
La mujer lo meditó por unos segundos mirando a sus alumnos.
—Como me entere de que alguien se ha atrevido a copiar que no se sorprenda al ver un cero, ¿Entendido?— Todos asintieron mientras volvían a concentrarse en sus exámenes.— No tardo.
Y cuando se cerró la puerta no pasaron ni cinco segundos cuando alguien preguntó en voz alta cuál era la respuesta de la pregunta tres, comenzando así un intercambio de respuestas entre todos.
rodrigo acomodó sus gafas mientras terminaba de responder la última pregunta del examen, haciendo caso omiso al murmullo que se creó en el aula. Estaba a punto de acabar, pero sintió una bola de papel chocar contra su espalda. Ignoró completamente aquello y siguió escribiendo hasta que una voz llamándole le interrumpió de nuevo.
—Tssss, carrera.
rodrigo reconoció a la persona al instante, pero no se molestó en girarse, no estaba dispuesto a perder el tiempo.
—¡rodrigo!— La otra persona canturreó alegre. rodrigo cerró los ojos y respiró lentamente intentando no perder la paciencia, se giró encontrándose a ivan sentado a un asiento detrás suyo en la misma fila.
—¿Quieres callarte? Estoy haciendo el examen.— rodrigo le habló con un tono borde, pero aun así el castaño no borró su sonrisa de la cara ya que le parecía adorable ver al azabache molesto.
—¿Y que crees que hago yo, calentar la silla?— ivan se inclinó hacia adelante poniendo una de sus manos en el pecho dramatizando, rodrigo rodó sus ojos y volvió a girarse para acabar con su última pregunta.
—Lo que sea buhajeruk, no te voy a decir ninguna de las respuestas.
—Oh no, no te quería pedir ninguna respuesta, voy a suspender igualmente.— ivan hablaba demasiado tranquilo ante su situación, rodrigo pensó que si fuera él estaría teniendo un gran colapso mental.
—¿Entonces?— El azabache se volvió a girar, esta vez con una ceja levantada.
—Me preguntaba si podrías darme tu número de teléfono.— El castaño apoyó ambos codos en la mesa y posicionó sus manos en sus mejillas mientras sonreía inocentemente y ladeaba levemente su cabeza mirando a rodrigo.
—En tus sueños.— rodrigo rechazó su petición y ivan cambió su semblante alegre a uno ofendido, pero rápidamente volvió a sonreír antes de contestarle. Otro alumno en la fila justo al lado, que estaba escuchando la conversación, tapó su boca intentando no reírse.
—Pues en mis sueños tú y yo somos la pareja más popular del instituto.— ivan habló orgulloso pero rodrigo lo volvió a ignorar.— ¿Y estás disponible después de clase, precioso?
—Para ti nunca estoy disponible.— rodrigo le contestó como si nada mientras finalizaba su respuesta del examen para después verificar que estuviera bien explicada.
—¡Uuuhhh!— rodrigo miró fulminante al chico de la otra fila, quien no pudo contenerse, pero se calló inmediatamente ante la asesina mirada del castaño. Una vez que el chico volvió a lo suyo, ivan miró de nuevo a rodrigo con un puchero.
—No seas así conmigo y acepta mi amor, carrera.— Dramatizando de nuevo, el castaño le habló suplicante.
—Cállate, está apunto de entrar la profesora.— rodrigo le advirtió al ver a la mujer agarrando el pomo de la puerta a través de una pequeña ventana justo al lado de esta.
Y con solo abrirse la puerta, el silencio se apoderó de toda la clase por arte de magia y la profesora los miró a todos no muy segura de que sus alumnos se hubieran comportado como les había pedido, aunque decidió dejarlo pasar y sentarse en su mesa frente a ellos.
rodrigo repasó su examen un par de veces detenidamente para asegurarse de que no había ningún error ortográfico, guardó su bolígrafo en su estuche y lo metió en su mochila para luego levantarse y colgársela a la espalda. Agarró su examen y se acercó a su maestra. Todos le miraban incrédulos al no entender como rodrigo podría haber completado todo el examen sin ninguna dificultad y en menos de la hora que tenían para hacerlo. rodrigo le extendió las hojas a la mujer y esta las revisó por encima viendo que todo estaba perfectamente contestado.
—Muy bien rodrigo, puedes salir.— Le dijo con una leve sonrisa y este hizo una reverencia antes de salir de clase.
El azabache se sentó en uno de los bancos que había en el pasillo a esperar a su mejor amiga, que también estaba en la misma clase haciendo el examen. Sacó un libro de su maletín para entretenerse con alguna cosa. Después de quince minutos, sonó el timbre y empezaron a salir alumnos de la clase, entre ellos una muy preocupada angie a punto de llorar, y que al verlo, se abalanzó sobre él en busca de consuelo. rodrigo rápidamente la abrazó mientras acariciaba su largo pelo y las personas a su alrededor veían la escena enternecidos.
—¡Me ha ido fatal roro, voy a suspender!— La peli azul lloraba desconsoladamente en el hombro de rodrigo.
—De verdad no quiero ser esa persona que dice "te lo dije", pero te lo dije.— El azabache sonrió apenado mientras angie deshacía el abrazo sorbiendo su nariz, rodrigo secó sus lágrimas con sus pulgares, se sentía algo mal al ver así a su mejor amiga y sacó una botella de agua de su mochila para dársela.
—No te preocupes, debí haberte hecho caso.— Se calmó mientras bebía de la botella.
Justo en aquel momento, un avión de papel aterrizó a sus pies y confundido lo agarró, lo desplegó y vio escrito "¿Y si me das tu Instagram?" en el papel con perfecta caligrafía. Levantó su cabeza al saber perfectamente de quien se trataba y se encontró a buhajeruk a unos cuantos metros despidiéndose con una sonrisa para después desaparecer por unas escaleras.
—¿Qué es eso?— angie le preguntó curiosa. rodrigo trató de esconder el papel pero rápidamente se lo arrebató de las manos, leyó lo que había escrito y sonrió al instante escuchando como su amigo bufaba de la vergüenza.— ¿Y se lo darás?— La chica subía y bajaba las cejas de forma divertida. rodrigo volvió a agarrar el papel y lo arrugó haciendo una bola.— Vamos, he visto como hablabas con buhajeruk antes.
—Ugh, olvídate anchu, ya te lo he dicho.— rodrigo se paró para tirar la bola de papel a una basura que había cerca.— Vamos, tenemos química.— Se colgó la mochila a los hombros y esperó a que su amiga se levantara.
—¡Que vida más triste la mía!— rodrigo negó con la cabeza ante el dramatismo de su mejor amiga y empezaron a caminar.— Ups, te he manchado el hombro de mocos.
—¡Agh, angie!— La peli roja empezó a reír y sacó un pañuelo de su bolsillo e intentó limpiar a su amigo mientras este se quejaba asqueado.
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You Will Be Mine; !!rodrivan¡¡
FanficIvan buhajeruk es uno de los atletas más populares en el instituto y por ende, uno de los chicos con la mejor reputación y más deseado entre los demás alumnos y alumnas, aunque una parte de su fama sea por ser un rompe corazones. Rodrigo carrera es...