capítulo 2

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con la mañana ya en todo su esplendor, con las primeras voces de los aventureros caminando afuera de la casa en donde estaban lefiya caminaba hacia la cocina.

Con su corazón mas calmado, con sus lagrimas contenidas se acercaba al chico de cabello blanco

Llevando solo una de sus camisetas para cubrir su delgado cuerpo, no dejando mucho a la imaginación, pero ¿para este punto eso seguía siendo importante?

Después de todo ellos ya habían visto el cuerpo desnudo del otro, ya habían dejado su esencia en el otro y aunque aun no lo sepan ellos... ya habían dejado su huella en el corazón del otro

-huele bien- dijo lefiya llegando a la cocina

-oh lefiya-san que bueno que llegas- la recibió bell con una cálida sonrisa -ya casi termino el desayuno

-ya te dije que no es necesario el "san"- respondió lefiya mientras se acercaba más a bell -pero hay algo más importante- apoyándose detrás del hombro de bell - ¿Qué estas cocinando?

-ya te dije que no es necesario el "san"- respondió lefiya mientras se acercaba más a bell -pero hay algo más importante- apoyándose detrás del hombro de bell - ¿Qué estas cocinando?

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-p-perdón, es la costumbre- respondió bell estando nuevamente nervioso

El joven aventurero podía sentir como los suaves pechos de la pequeña hada se pegaban a su brazo, lo único que los separaba del contacto directo era una delgada tela que para su suerte era suya

Intento mirar para otro lado, pero su cuerpo, pero sobre todo sus hormonas hicieron que su vista fuera un poco más abajo, sonrojándose un poco por lo que veía

Hay estaban dos grandes y carnosos muslos, las memorias llegaron a su ser, el pobre chico recordó cómo se sentían, como se veían cuando el sudor bajaba lentamente sobre ellos, pero sobre todo... a que sabían

Las marcas aun sobre estos y que su camiseta no alcanzaba a tapar era prueba de lo que habían hecho anoche

Por supuesto que lefiya se dio cuenta sobre eso, sintió su mirada aun cuando bell intentaba ocultarla, después de todo las mujeres saben cuando un hombre las mira de esa manera por mas que intenten disimular

Pero por alguna extraña razón aquello ya no le molestaba, si hubiese percibido aquella mirada de bell unos días atrás no habría tenido otra reacción más que de enojo, pero ahora...

-pervertido...

-l-lo siento....

Si bien su corazón estaba en medio de un mar de contradicciones aun había cosas de las que ella podría sentirse orgullosa por lo que paso y una de esas era que... al menos a alguien le parecía atractiva.

Los minutos pasaron, el desayuno fue servido y terminado, ambos jóvenes se encontraban limpiando los platos sucios los cuales una vez limpios se irían a preparar para comenzar su día, estaban tranquilos, lamentablemente el destino no quería que estuvieran así

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