En las calles de Doncaster se vivía la adrenalina pura de una previa a un partido. Decenas de hinchas deambulaban en búsqueda del primer bar libre para ver, junto a otros aficionados, a los jugadores, representantes de su país, luchar en cuartos de final ante nada más y nada menos que Francia. Los coros típicos de estadios sonaban con euforia por algunos cuantos, quienes parecían ya tener una celebración anticipada mientras Louis conducía por las calles, esquivando a algunos aficionados descuidados, repartiendo saludos a otros y compartiendo la misma euforia.
—¿Seguro que esta es la dirección a casa de Matt?—preguntó el castaño a su amigo, Liam.
—No lo digo yo, lo dice el GPS —respondió señalando el mapa indicado en el teléfono.
Unos cuantos minutos más tarde y algunas direcciones mal dirigidas, llegaron a su lugar de destino, reconociendo la casa por algunos vehículos conocidos estacionados en su puerta.
El descontrol dentro de la casa era igual o mayor al de las calles, el reconocido olor a cerveza y cigarrillos golpeó fuerte en el par de chicos que recién llegaban. Repartieron saludos a medida que se adentraban en el lugar y antes de que siquiera llegaran a mitad de la misma, una botella de cerveza a medio tomar descansaba en sus manos luego de algunos shots seguidos de promesas y apuestas por el resultado del partido. Era fácil deducir que no terminarían el día sobrios, pero eso lo sabían de antemano.
Los gritos y las risas llenaban por completo el lugar, repartidas desde distintos puntos de la casa, aun así, en cuanto la transmisión dio inicio, como por arte de magia, más de veinte personas se reunieron alrededor de aquella pantalla gigante que Matt solo había adquirido para esta ocasión especial y que, en palabras de su propia esposa, les dejaría una deuda que quizá heredarían sus nietos.
Louis rebuscó un lugar en el piso, junto a Oliver, quien ya los estaba esperando desde temprano, y a Liam.
Distintas promesas, desde la más alocada hasta la más simple, iban y venían. Algunos creían poder atinar el resultado justo del partido y otros los silenciaban para que aquellos resultados optimistas no cayeran sobre ellos como una especie de maldición por jugar a adivinar. Algunas cábalas previas circulaban por igual. Matt le dio cinco tragos largos a su cerveza, contándolos uno por uno porque "Eso fue exactamente lo que hice en el anterior partido que ganamos" aseguró automáticamente luego de concluir. Liam e Isaac, con un poco de ayuda de Oliver, recreaban un mapa mental, buscando saber dónde se había colocado cada uno en el partido anterior para posicionarse de la misma manera mientras Louis seguía un poco de todo, ya que su propia cábala era seguir a la de los demás, un tanto holgazán de su parte por no crear una propia, pero en su defensa, de cierta manera, era su propio invento.
El sonido agudo de un silbato resonó por toda la casa en cuanto el cronómetro comenzó a correr, iniciando así con los, posiblemente, mejores noventa minutos del día.
O quizá los peores.
ESTÁS LEYENDO
I ғᴏᴜɴᴅ ʏᴏᴜ.【OS】【LS】
FanfictionUna derrota para el equipo de su país, un viaje fugaz a Francia tras algunas copas de más y un desconocido y lindo chico de rizos suaves y brillantes ojos verdes con el corazón más bondadoso que Louis jamás conoció. ¿Podía algo salir mal? O mejor di...