Cartas de Guerra

Volveré

Regresamos a Okinawa al día siguiente y empezamos los preparativos de la boda sin pensarlo dos veces.

Shikamaru dejó a Neji y se mudó conmigo.

Casarse en Japón es costoso por lo que decidimos casarnos en el cuartel.

Lucí un vestido blanco bastante sencillo y un ramo de rosas amarillas.

Caminé sola por el salón casi vacío donde habían algunos amigos, obviamente mi mejor amiga y su novio quienes serían los testigos estuvieron presentes.

Shikamaru usó su uniforme militar, se le ven tan apuesto y serio cuando lo usa.

El Coronel de la base nos casaría.

Esa noche bebimos hasta el amanecer en casa de mi amiga, compramos comida y celebramos como si hubiésemos tenido la mejor recepción de todas.

Shikamaru continuó trabajando y yo también seguía como recepcionista en el periódico. Teníamos ya dos meses de casados y quería apresurarme para llegar a casa a preparar la cena, había una noticia que debía darle.

— Llegaste antes —dije al encontrarlo frente al televisor viendo las noticias.

Las tensiones políticas habían empezado pero nadie hablaba de una guerra.

Todavía

— Es que tendré días libres —respondió sin mirarme a los ojos y ese fue el inicio de mi pesadilla

— ¿Cuándo te vas? —pregunté sintiéndome mal, sentí náuseas y creí caerme producto de ello.

— En unos días pero no será por mucho tiempo, las tensiones están abriéndose y hay que crear un plan para que en caso de haber una guerra esta...

— Estoy embarazada —solté con lágrimas en los ojos y él se acercó a mi— no... no quiero que me abraces

— Temari...

— Dime que no me quedaré sola con este bebé —me miró a los ojos sin decir nada mientras yo continuaba llorando— Dios no es cierto... —rompí en llanto y él me abrazó

— Yo jamás he prometido algo que no puedo cumplir —lo abracé negando— no puedo prometerte eso pero prometo hacer lo posible por estar contigo y con nuestro bebé

No era la escena que había imaginado al momento de decirle que seríamos padres, y mucho menos fue la respuesta que esperaba recibir.

Shikamaru se fue Alemania cuatro días después.

Berlín, 7 de Abril 1939

Nunca pensé escribir una carta sin saber como empezar, cuándo nos despedimos te prometí volver y así será.

Vine como observador porque Alemania planea bloquear al Reino Unido destruyendo su flota mercante. Esto te lo cuento porque eres mi mujer y la persona en la que más confío, pero si te soy honesto si esta carta llegase a perderse podrían ejecutarme en un juicio militar.

Temari, en unos meses empezara una nueva guerra y es inevitable.

No estoy seguro de cuánto tiempo me quede aquí pero espero regresar pronto para disfrutar de tu embarazo a tu lado.

Princesa espero puedas perdonarme, no es lo que quería vivir con la noticia de que seremos padres... estos últimos días te he visto llorar a escondidas y no sabes lo miserable que me siento porque se que es por mi culpa.