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╰► ❝Cuando ya no sepas cómo llorar, resguárdate en la 𝘮𝘶́𝘴𝘪𝘤𝘢 para poder olvidar. ❞
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La vida no sigue un rumbo fijo; sube y baja sin avisar, sin ser conocedora del impacto que los cambios pueden ge...
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Nunca en mi vida he decaído.
En cada momento de mi vida pude levantarme y seguir adelante. Perseveré y vencí; logré alcanzar lugares que nadie en mi familia pudo llegar, todo sin pensar en los malos desenlaces. Pero al día de hoy, me es difícil mantener una conversación con mis amigos sin sentirme deprimido.
He vuelto a caer, y aún no logro salir.
Okita me ha ayudado con lo básico, para mi gran vergüenza, ya que él reniega si no acepto su ayuda. Nunca esperé verme tan afectado, pero lo he perdido todo. La base de lo que he construido, y a la mujer que amo.
A pesar de mi propio positivismo, tal parece que la vida se rehúsa a estar a mi favor.
—¡Kojiro! —la chillona voz de Okita irrumpe mis pensamientos. Su ceño está fruncido, y a pesar de que su cabello cubre gran parte de sus ojos, es evidente su enojo.
—Ah, ¿qué me estabas diciendo? —un bufido de su parte me hace sonreír con pena.
—Estaba diciendo... —sisea de mala gana— que conozco a un amigo que tiene un amigo el cual está en busca de un asistente.
—¿Un asistente? —repito aturdido, habiéndome enredado en el principio de la oración. El enano asintió suavemente, comiendo a bocados un hot dog— ¡Enserio!
—Sí, sí. Deja de gritar o nos botarán del local. —advirtió.
—Lo siento —titubeé—. Me emocioné.
—Y eso sólo con habértelo dicho.
—Llevo cuatro meses sin hallar un trabajo estable, Okita. —le dije, pero el menor parece desinteresado—. Y dime, ¿cómo me puedo comunicar con ese amigo de tu amigo?
—Hmm, puedo mandarte su número, ya que él no está en la ciudad por el momento. —comentó—. Le pedí a Loki que hable de ti, por si ese tipo se siente interesado en alguien como tú.
Mis ojos se abren ante el comentario.
Los amigos de Okita no eran de mi completo agrado; la mayoría de ellos demuestran tener la misma loquera del enano, por lo que no quiero aguantar a otro como él. Loki es uno de esos amigos, no solo en aspecto, sino también en personalidad. Pero, al fin y al cabo, es buena persona.
—¿No sabes algo más sobre el trabajo?
—Bueno... —musitó, pensativo—. Según lo que dijo Loki: el puesto es de asistente privado de alguien importante.
—¿Alguien importante? —un cosquilleo recorre mi espina dorsal, una emoción que me es difícil de describir— ¡Ese tipo de oportunidades no se las obtiene así por así! —Obvio, cerebrito, por eso son "asistentes privados" —tuerce los ojos—. A la par de ser un trabajo casi privilegiado, la presión de este es brutal dependiendo de cuán grano del culo sea tu jefe.
