Cuando somos pequeños y no entendemos ciertos conceptos como son el amor más allá del fraternal y de la amistad, o aquel de la muerte, que visita en cualquier momento, los adultos tratan de explicarnoslo normalmente de manera sencilla e incluso fantasiosa para que tal mente inocente pueda adaptarse y comprenderlo en la medida de lo posible. Es así que mi madre, tras el triste y desolador fallecimiento de su padre, mi abuelo, me contestó a la recurrente e inocente duda "¿Dónde está el abuelo?" con una pequeña frase que se grabaría en mi mente y corazón por siempre.
-El abuelito está en el cielo y ya no puede venir más- prosiguió mi conversación ella
-Pero, ¿Donde?- pregunte de nuevo desde la inocencia más pura pero capaz de crear una idea de lo acontecido.
-Pues mira- me dijo- ¿Ves todas las estrellas que hay en el cielo?- ante mi asentimiento prosiguió apuntando al cielo estrellado- pues la que más brilla, ese es el abuelo, que nos observa y cuidad desde arriba.Y es este mero relato, el que me hace pensar, que, no solo mi familiar es el que más brilla más todo aquel que en mi vida un valor y especial cariño ha tenido por mi parte. Aquel que me a ayudado a crecer como persona y que me ha hecho feliz en cualquier punto de mi indeterminado viaje.
Más es a ti, mi sentido amor y compañero de vida, a quien le dedico las siguientes palabras...Si bien nuestro viaje no ha hecho más que comenzar, espero que tarde en acabar y que presentándose dicho momento, no sea para otra fin más que el de reencontrarnos en el cielo de la noche y así nuestros brillos formar la más bonita y especial constelación.