03.

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Jimin no deja de mirarme, y está obstaculizandome el camino para darle al botón del ascensor para que vuelva a moverse.
-Tengo prisa -digo nerviosa
-Está caliente? -dice él. Levanto la mirada y le miro fijamente. Acaba de preguntarme si estoy caliente, no puedo evitar sonrojarme
-No -digo tragandome un nudo de la garganta. Jimin sonríe
-Me refería al pan, princesa -mierda. Y yo aquí sonrojandome- pero creo que mientres y que si que lo estás
-Perdona? -le miro incrédula
Jimin ríe. Se aparta de mi y le da al botón del ascensor para que vuelva a moverse. Llegamos al ático y salgo rápidamente del ascensor. Antes de ni tan siquiera poder sacar las llaves del bolsillo, Jimin me habla
-Oye princesa -me giro y lo miro con el ceño fruncido- que ropa interior llevas puesta ahora mismo?
-Que te den -intento controlar mi sonrojo- eres un pervertido
-Te doy una semana -dice él divertido
-Una semana para que? -le miro confusa
-En menos de una semana te habrás tocado pensando en mi, princesa -me guiña un ojo
-En primer lugar -me acerco a él- no me llames princesa, tengo un nombre -Jimin sonrie- en segundo lugar, eres un cerdo
-Pero te tocarás pensando en mi, princesa -no deja de sonreír arrogantemente, y me está poniendo de los nervios
-Lilith -le miro con rabia- mi nombre es Lilith.

•••••••

-Es odioso -resoplo. Estoy hablando con Fani por Skype, tirada en la cama
-Yo quiero verle la cara -dice ella
-No le veo la gracia -pongo los ojos en blanco- aunque en realidad, creo que a ti te gustaria su amigo
-Porque? -dice ella
-Porque es de tu estilo -rio
-UO UO UO APARTA LA CABEZA LILITH -dice Fani alterada- CORRE VENGA, APARTA LA CABEZA -le hago caso, abre los ojos como platos, se sonroja y saluda a alguien- dios Lilith, está muy bueno
-Eh? -la miro sin entender muy bien- oh, no -me doy la vuelta hacia la ventana y me encuentro a Jimin, al otro lado, sonriendo y saludando con la mano
-Oye Lilith -me dice Fani a través del ordenador- el chico tiene razón, te vas a tocar pensando en el, en menos de una semana
-Que te den Fani -la fulminó con la mirada y cierro el portátil en mitad de una risa por parte de ella.
Me doy la vuelta hacia la ventana, con el ceño fruncido, pero él ya no está. Estupido Jimin.

Mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora