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-Te has enterado de que vamos a tener nuevos vecinos, cielo? -me dice mamá, mientras se sienta a mi lado- la del segundo me ha dicho que son una familia, aunque solo ha visto a dos chicos.
-Puede que sean solamente compañeros de piso, mamá -digo sin apartar la vista de los papeles que estoy leyendo, y sin prestarle mucha atención a lo que me dice mamá
-Puede ser, puede ser -dice mamá asintiendo con la cabeza- entonces seguramente tendremos obras...
Y dicho esto, como si por arte de magia nos hubieran escuchado, se empieza a oír un taladro y un martillo dar golpes. Genial. Con el mal estado en el que está ese piso, seguramente estarán con las obras semanas.... INCLUSO MESES.
-Cielo, voy a tumbarme un rato a la cama, no me encuentro bien -dice mamá levantándose de mi lado y encerrándose en su habitación. Mamá padece dolores de cabeza crónicos, y cuando le da un ataque, debe encerrarse en un sitio totalmente a oscuras y sin ruido... Pero con estas obras, es imposible que descanse bien.
Quiero lo mejor para ella, y que pueda descansar, así que lo único que me queda, es ir y pedirles por favor, que dejen las obras por hoy. Ojala no tuviese que hacerlo, porque no tengo ni la menor gana de verle la cara al pervertido de Jimin, ni tampoco de que su amigo, el que me vio medio desnuda, vuelva a verme.
Cojo las llaves, salgo de casa cerrando la puerta haciendo en mínimo ruido, y me acerco a la suya. Cojo una gran bocanada de aire, para calmarme, y pico a la puerta. El sonido del martillo cesa, y escucho pasos acercándose a la puerta, se escucha el ruido de la mirilla abrirse, y acto seguido se abre la puerta, mostrándome al amigo de Jimin, el cual lleva el martillo en la mano, la camiseta totalmente sudada, y una mancha negra de ves a saber que, en la mejilla. El chico me mira y una amplia sonrisa se dibuja en sus labios.
-Se que todabia os quedan unas horas por ley para hacer obras, pero mi madre está enferma y necesita descansar -digo con la cabeza agachada- os agradecería que por hoy cesarais las obras
-Ven, ven -el chico me coge del brazo y me arrastra hasta el interior de la casa, siempre con una sonrisa en los labios. Sin duda es el tipo de Fani- aquí el que manda es Jimin, explicaselo a él -dicho esto, me lleva hasta una habitación, en donde me encuentro a un Jimin con el torso desnudo, brillante por el sudor, a punto de taladrar otra pared, pero al verme, sonríe y deja el taladro a un lado en el suelo
-Hola princesa -dice él sonriendo arrogantemente. No puedo evitar que mis ojos estudien su cuerpo milímetro a milímetro. Debo adimitir que su torso es perfecto- Querías algo?
-Yo... -aparto la mirada de su cuerpo y le miro a los ojos. Me doy cuenta de que eso a sido una mala idea. Sus ojos me están estudiando a mi, a fondo- os agradecería que por hoy dejaseis las obras. Mi madre está enferma y necesita descansar, y con todo este ruido, no puede dormir
-Hagamos un trato.. -me dice Jimin acercándose a mi, y es entonces cuando me doy cuenta de que su amigo a desaparecido de la habitación y nos a encerrado a ambos aquí
-No he venido ha hacer tratos -doy un paso hacia atrás- tan solo te he hecho una petición
-Pero si dejo ahora de hacer las obras, perderé tiempo -dice él sonriendo arrogantemente- y no me gusta perder nada... Así que hagamos un trato
-Está bien -todo esto lo hago para que mamá se ponga mejor y pueda descansar- que trato quieres?
-Verás... -me acorrala contra la pared y me susurra al oido- a cambio, harás todo lo que te pida
-Eh? -le aparto de mi, bruscamente, y le miro con el ceño fruncido- quien te crees que soy? Una sirvienta o algo por el estilo?
-Recuerda que esto lo haces por tu madre -entonces me doy cuenta de que me ha cogido el móvil del bolsillo, y está tecleando algo- listo, ya tengo tu numero y tu tienes el mio. -me extiende mi móvil con la mano y se lo cojo sin dudarlo- entonces que? Trato hecho?

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Las obras han cesado. Mierda. En que momento accedí a esto? Todo por mamá...
Me tiro en la cama, mirando al techo. Automáticamente me sonrojo, no puedo sacarme la imagen del torso de Jimin de la cabeza. Parecía que lo habían esculpido los dioses, perfecto, sin ningún fallo...
Cierro los ojos y dejo volar la imaginación, y me maldigo a mi misma por hacerlo. No dejo de imaginarme a Jimin, delante de mi, medio desnudo, sonriendome, con ese brillo de sudor por el cuerpo, hablandome con esa voz... "Te tocarás pensando en mi en menos de una semana"
Me incorporo de golpe en la cama, sonrojada a más no poder, con la respiración agitada...y por primera vez en mi vida, me siento húmeda ahí abajo.
Me levanto, enciendo la luz de mi habitación, y me siento en el suelo. Esto no puede estar pasandome, no puede estar pasandome a mi...
Mi móvil empieza a vibrar, y contesto sin ni tan siquiera mirar quien es la persona que me llama...

Mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora