Die for you || Steve Harrington

Capítulo uno

Narra Alex

Mí cabeza está recostada en el vidrio de la ventana del auto, el cielo está nublado y está briseando, pasamos por un edificio con un aspecto aterrador, tenía un letrero, "Laboratorio de Hawkins Indiana"  parece qué ya estamos llegando a dónde viviré ahora.

Después de unos 40 minutos nos detuvimos en una casa no muy alta pero grande, tenía tonos verdes y grises, definitivamente está será dónde viviré.

—Muy bien, ¿Qué les parece? —Dijo el señor Hargrove, ni Max ni yo acostumbramos a decirle papá—

—Es rara —Dije—

—¿Rara? ¿Porque rara? —Preguntó el señor Hargrove—

—No es muy alta, parece cabaña y no casa —Dije—

—Cielo, él qué la casa sea "rara" cómo tú dices, es lo qué la hace diferente —Dijo mamá, tratando de calmar las cosas—

—Como tú digas —Fui a la parte de atrás del auto y saqué mí skateboard, le dí el suyo a Max y entramos a la casa—

—Yo pido está —Dijo Max refiriéndose a una de las habitaciones—

—Bien, yo quiero está —Dije—

—No, esa es mía —Dijo Billy—

—La pedí primero —Dije—

—No, yo la pedí primero, así qué te vas a la de al fondo —Dijo sacándome de la habitación y cerrando la puerta en mí cara—

—Idiota —Patee la puerta y fuí a la habitación del fondo, no estaba nada mal, era grande y tenía una ventana grande, gracias Billy—

—¡Alex! —Grito Billy—

—¡¿Qué?! —Grite también—

—Sal, traeremos tú cama y muebles a tú habitación —Dijo Billy—

—Ouuh, gracias, eres muy dulce —Le dí una palmada en el hombro y el me fulminaba con la mirada, sabía qué no podía hacerme nada estando el señor Hargrove cerca— Bueno, saldré a conocer esté pueblo

—Te acompaño —Dijo Max, salimos de la casa y empezamos a patinar mientras pasábamos por tiendas, casas, centros comerciales, etc—

—Escuela secundaria Hawkins —Lei el letrero que tenía la escuela— parece qué aquí estudiaremos —Dije—

—Sí, bueno vámonos —Max se adelantó patinando y tuve que seguirla—

—¡Max! —Dije—

—Apúrate —Dijo y de la nada freno así qué frene también—

—¿Qué? —Dije—

—Es un arcade —Dijo emocionada—

—¿Entramos? —Dije—

—¿Tienes dinero? —Dijo—

—Claro qué sí, bueno, es de Billy pero no creo qué le moleste —Dije y Max sonrió—

—Entremos —Dijo y pedimos fichas para los juegos—