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Celos de exhibición.

Estábamos cenando, el lugar era bastante formal a mi parecer pero fue lo que para mí acompañante resultó ser adecuado para la ocasión.

Le sonreí elevando mi tenedor en su dirección en un intento de empatizar, el imitó mi acción haciendo una mini guerra de tenedores.

Ni siquiera acabamos nuestra comida cuando las nueve de la noche llegaron, Pedri aceleró el automóvil y gracias al cielo alcanzamos a llegar a la exhibición a tiempo.

---Bienvenidos, adelante ---nos saludo una chica verificando nuestras entradas.

Todas las personas vestían elegantes, ahora entendía el porque fue que Pedri me sugirió traer ropa formal.

El lugar era grandísimo y precioso, habían autos de todos los modelos y colores. Estaba encantada, no sabía de autos pero disfrutaba como niño pequeño en el parque el estar acá.

---Ese de allá es bonito ---señale uno que desde el principio me pareció lindo.

---Me gusta más el que está a su lado ---dijo el canario acercándose.

Camine a su lado viendo algunos autos de carrera, al ver quién estaba ahí agrande mis ojos.

Charles levantó su mirada y ambos nos conectamos, no logré descifrar lo que su mirada trato de decirme sin embargo fui conciente de que no le agrado el ver a Pedri junto a mi.

Le sonreí para aligerar el ambiente pero no obtuve ninguna respuesta por su parte, eso me molestó por lo que me di la vuelta caminando otra vez hasta Pedri y rodeando su torso sabiendo que Charles me estaba mirando.

---¿Cuando acaba? ---pregunte mirándolo, quería ir al baño y no quería ir sola dado que no conocía.

---Dentro de dos horas ---respondio mirando su reloj de mano---¿Por qué?

---¿Me acompañas al baño? ---pregunte esperando por su respuesta, el asintio rápido sin pensarlo.

Al parecer Pedri conocí a la perfección el lugar, me espero afuera mientras yo estaba dentro. Pronto salí y me mire en el espejo acomodándome el cabello.

Al querer apagar el grifo no pude, trate de hacerlo otra vez sin obtener resultados positivos y todo empeoraba.

---¡Ven, necesito ayuda! ---grite para que me escuchará desde afuera.

Pronto llegó posicionándose a mi lado y cerrando la llave con facilidad, me sentí avergonzada.

---Solo tienes que elevarla ---explico volviendo a hacerlo, sonreí agradecida.

Me recosté en el filo del lavado mirándolo fijamente, tal vez era el sueño que me hacía falta o mi instinto necesitado de cariño que me hacía delirar y desear un beso suyo.

Sin dudrlo un segundo me puse de puntitas y lo bese, el respondió enseguida haciendo que yo coloque mis manos alrededor de su cuello acercándolo a mi.

Al separarnos el sonrió, eso fue una buena señal. Creo que jamás podré explicar lo bien que eso se siente, sabes que no estuviste mal y que la otra persona también lo disfruto.

Pero eso lo pude confirmar al momento de volver a sentir sus labios sobre los míos, esta vez era el quien me besaba.

Sus manos rodearon mi cintura presionandome contra la pared, eso se sintió tan jodidamente bien que si tuviese la oportunidad de bajar al infierno por repetirlo lo haría sin dudarlo.

---¿Te gusta eh? ---susurro en mi oreja, su olor a menta y perfume caro hicieron que soltará un suspiro.

---Me encanta ---respondí de la misma manera, el sonrió mostrando su perfecta dentadura.

Sus manos acariciaron mis muslos dejando un suave apretón en ellos, en ese preciso momento alguien más entro al baño haciendo que ambos nos separemos de inmediato.

Compartimos miradas cómplices saliendo rápido, regresamos hasta donde anteriormente estábamos.

Busque con mi mirada a Charles pero no lo logré ver por ningún lado, eso me hizo sentir bien así no abría tensión.

No necesitábamos tener que conversar para poder comunicarnos, supongo que nuestra compañía era más fuerte que mil palabras. Me sentía bien estando con el, sentía que estaba segura.

Después de un rato el soltó un bostezo, lo abrace con una sonrisa divertida.

---¿Tienes sueño? ---pregunte sabiendo la respuesta, el negó no queriendo irse.

---No, claro que no.

---Esta por acabar, es mejor que descanses ---pedí dándole un golpesito.

Lo pensó un momento pero acabo por asentir, eran casi las once de la noche. Gracias al cielo mañana no iría a la oficina así que podría dormir.

Subimos al automóvil y el empezó a conducir, abrí la ventana para que entrara un poco de aire fresco logrando hacer que el aire entre de golpe y me despeine.

Pedri soltó una carcajada a la que yo me le sume luego de mirarlo mal por un largo rato, era divertido estar con el.

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LARISSA ―Charles Leclerc, Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora