Strip [HannigramAU Adaptación]

Capítulo 11

Tal como le prometió Hannibal, Will durmió como un bebé esa noche. Se despertó con los sonidos de la cafetera y el silencioso ruido de fondo de algún programa de televisión. Eran las 10 a.m. y Will ciertamente podría quedarse en la cama un poco más dado que era sábado, pero no podía dejar que Hannibal se las arreglara solo en su casa. Era un invitado después de todo.

Un  invitado  que aparentemente fue lo suficientemente descarado como para hacer uso de su cocina y preparar el desayuno. Las tostadas francesas en su plato se veían muy apetitosas y Will notó que aún quedaban más en la sartén, presumiblemente para él.

Sin embargo, Hannibal no parecía tan descansado como Will, Su camisa estaba toda destrozada, su cabello desordenado, su chaleco y chaqueta esparcidos sobre el sofá, lo que indica que el Dom se había sometido a otra terrible noche en el 'sofá de la tortura'.

Sin embargo, Will se negó a sentirse mal. Nadie lo obligó a pasar la noche (aunque Will estaba muy contento de que lo hiciera). Y a pesar de parecer cansado, Hannibal no parecía estar de mal humor. Estaba leyendo una de las revistas de pesca de Will y mirando hacia la televisión de vez en cuando, mientras sorbía el café y masticaba las tostadas francesas. Una hermosa vista doméstica... Will se tomó un momento para observar y archivar la imagen mental para el futuro.

"Se ve bien", dijo señalando el plato de Hannibal.

"Oh, finalmente. Buenos días. No le importa, ¿verdad? No quería esperar hasta que Su Alteza finalmente considerara despertarse, así que improvisé un poco. Hay más en la sartén".

"Está bien, gracias", dijo Will, mientras ponía el resto de las tostadas francesas en su plato. "Aunque, si soy de sangre real, será mejor que me llames ' Señor' ".

Hannibal dejó escapar un resoplido divertido. "No en tu vida."

Will miró la silla, luego a Hannibal, luego a la silla nuevamente, y sopesó los pros y los contras de  sentarse . Al final, optó por la comodidad mezclada con una dosis de humillación, mientras tomaba un cojín del sofá y lo colocaba en la silla antes de dejarse caer con cuidado sobre él.

"Oh, cállate". No tenía que mirar a Hannibal para saber qué tipo de expresión encontraría en su rostro.

"No dije una palabra".

"No tenías que hacerlo, tu cara de suficiencia dice mucho".

Hannibal se rió entre dientes y los dos cayeron en un silencio amistoso, mientras Will  comía su desayuno, mientras Hannibal volvía a leer la revista. Will estaba un poco sorprendido por lo completamente a gusto que se sentía a su alrededor, dado que no hace mucho tiempo era un desastre lloriqueante retorciéndose de dolor sobre su rodilla. Pero a pesar de sus expectativas, no hubo incomodidad entre ellos en absoluto.

"¿Will?"

"¿Hm?"

Hannibal esperó a que Will lo mirara. "¿Estamos bien?"

"Sí."

Pasó otro minuto.

"Yo también lo siento, ¿sabes?"

Hannibal levantó una ceja, claramente sin seguir.

"Por el vestíbulo", explicó Will. "Yo... estaban pasando tantas cosas, simplemente se me olvidó. Normalmente aceptabas mis sugerencias, así que supuse que me habías dado luz verde para ello. Juro que no volverá a suceder".